Las toallitas higiénicas son ya el gran enemigo público de los servicios de limpieza de residuos de los ayuntamientos de muchas ciudades del mundo. Año tras año generan miles de millones de euros en gastos extra. Y en esto València no está, ni mucho menos, al margen. De hecho, así se ha confirmado tras los servicio de limpieza y reparación del colector Norte que empezaron hace unos meses y que, a partir de mañana, arrancan su última fase, la que abarca al tramo III.

Tal como indicaba el concejal del Ciclo Integral del Agua, Vicent Sarrià, ya se han extraído este año del citado colector, cerca de 500 toneladas de residuos entre los que «en gran medida se ha recogido toallitas desechables». Pero, además, también se han encontrado residuos de los más variopintos. Entre ellos, incluso los restos de un caballo, como se muestra en las fotografías.

Esta especie de plaga está provocada por la acción incívica e irresponsable de los ciudadanos y va incluso en contra de la ordenanza municipal que se aprobó a principios de 2015. Ya entonces se veía complicado tomar medidas para evitar que la gente siga echando al inodoro este tipo de toallitas, e incluso el concejal responsable decía que «lo haremos mediante inspecciones periódicas en la red de alcantarillado».

Ahora, un tiempo después, queda claro que lo más efectivo es, como explica Sarrià, llevar a cabo campañas de concienciación para «erradicar la idea de que el váter es una papelera». Y recuerda que la ordenanza sanciona con hasta 3.000 euros esta mala práctica ya que, remarca, «supone un grave perjuicio para el mantenimiento de la red de saneamiento de la ciudad».

Además, este tipo de vertido también genera «un grave daño medioambiental ya que las toallitas pueden acumularse en los cauces de los ríos y los fondos marinos», subraya.

El colector Norte es una infraestructura de considerables dimensiones: más de 5 m. de ancho con dos niveles de más de 2,5 m de altura cada uno y una longitud de varios kilómetros. En concreto, recoge el saneamiento de gran parte de la zona norte de la ciudad, así como la zona situada al sur del viejo cauce del río Túria, y gran parte de Ciutat Vella; todas las aguas negras generadas son conducidas a la Edar Metropolitana de Pinedo. En los próximos meses se va a trabajar allí con un sistema de limpieza por arrastre compuesto de 2 motoreductores de 15 Kw., con tres palas progresivas, manipulado por personal especializado.