Las obras de remodelación de la calle San Vicente, concretamente el tramo que hay detrás del Ayuntamiento de València, puede tener una repercusión indirecta en la movilidad de toda la zona. Y es que el desvío del tráfico hacia la Avenida Barón de Cárcer, con el consiguiente doble sentido de la misma, podría ser definitivo si se comprueba, con los datos en la mano, que esta alternativa es viable desde el punto de vista de la fluidez del tráfico. De esa manera, finalmente, podría hacerse peatonal la calle María Cristina, es decir, la Lonja y el Mercado Central, una aspiración histórica del Ayuntamiento de València.

Cuando se urbanizó el primer tramo de la calle San Vicente ya se hizo de doble sentido la mitad de la Avenida Barón de Cárcer. Y esa situación terminó consolidándose para poder semipeatonalizar la calle María Cristina y el entorno de la Lonja y el Mercado Central.

Ahora, con las obras de urbanización de este segundo tramo, obras que duraran hasta finales de año, se ha hecho de doble sentido toda la avenida Barón de Cárcer y una vez más servirá de prueba para abundar en las peatonalizaciones,

Según explicó ayer el concejal de Movilidad, Giuseppe Grezzi, en los próximos meses se avaluará el tráfico de la zona y en caso de superarse la prueba con éxito se procederá a la peatonalización total de la calle María Cristina con el entorno de la Lonja y el Mercat.

Grezzi defendió el doble sentido de Barón de Cárcer porque es un acceso directo al Mercado Central. Y entre sus objetivos prioritarios está la peatonalización de todo ese entorno. Recuerda Incluso que el Plan de Movilidad que impulsó el PP recomendaba una acción de este tipo.