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Un Colegio Jesuita para València

Magisterio Jesuita en València

En 1952 se crea el Patronato Escolar San José a fin de tener maestros nacionales en el centro privado

Magisterio Jesuita en València

La orden de los Jesuitas pertenece a la Congregación de la Compañía de Jesús fundada en París por el vasco Ignacio de Loyola y un grupo de compañeros, Francisco Javier, Pedro Fabro, Diego Laínez, Alfonso Salmerón, Nicolás de Bobadilla, Simão Rodrigues, Juan Coduri, Pascasio Broët y Claudio Jayo en 1534. Hoy en día es la mayor y la más poderosa orden religiosa de la Iglesia Católica, la componen Padres o Sacerdotes y Hermanos, se dedican principalmente a la enseñanza cultural y espiritual.

En 1545 el Padre Jerónimo Domenech obtiene para València, la autorización de la Compañía y el permiso Papal para fundar un Colegio Jesuita, este fue el Colegio de San Pablo que poco a poco fue tomando fama y que gracias a la herencia de Dª Bárbara Pérez de San Vicente, lo que en un principio era fundar un colegio de niñas, terminó instaurándose el Seminario de Nobles, las escuelas de Latinidad en 1728 y más tarde una escuela de primera enseñanza.

A partir de 1767 empiezan las vicisitudes para la Compañía, por una orden del monarca Carlos III se seculariza el centro y por primera vez los Jesuitas dejan de impartir docencia para ser expulsados de España acusados de promover el Motín de Esquilache. Para un reino el potencial económico de los Jesuitas era muy apetecible así como sus bienes que inmediatamente eran desamortizados. Fueron expulsados de la mayoría de reinos católicos, con lo que tuvieron que instalarse en países no católicos y allí se reorganizarse nuevamente para continuar su obra. El papa Clemente XIV en 1773, presionado por las cortes europeas, ordena la supresión de la Compañía pero en 1814 el Papa Pio VII emite la bula Solicitudo omnium Ecclesiarum y restaura a la Compañía de Jesús.

No es hasta 1816 cuando les devuelven el Colegio de San Pablo en València y aunque se reponen con celeridad, en 1820 con la revolución de Riego y el triunfo de los liberales que aplican una política claramente anticlerical, de nuevo los Jesuitas son expulsados de España hasta la reposición en el trono de Fernando VII. En 1835 llegó Mendizábal con su desamortización para llenar las arcas de la Hacienda Pública, se confiscan todos los bienes y rentas, no solo de los Jesuitas sino de todo el clero, desapareciendo conventos y monasterios. Pese a todo, en 1870 llega a València el Padre Agustín Cabré con el encargo del padre Provincial de fundar en secreto un nuevo colegio sin que para nada se supiera que lo regentaría la Compañía de Jesús. Con 550 pesetas que aporta el Padre Miguel Pastor del póstumo legado del Padre Valero y con la ayuda de los Condes de Alcudia y los Marqueses de Bellet comenzaron la misión encomendada. El día 10 de Septiembre llegó de apoyo el Hermano Severo Ochoa y formaron un buen equipo.

Mientras se gestaba esta obra, la comunidad formada por cuatro Padres y dos Hermanos buscaron el modo de empezar el curso en un edificio propiedad del Barón de Cortes en el Portal de Valldigna n.9 en el 1º piso y los entresuelos con un alquiler que ascendía a 2.825 pesetas anuales. A fin de que no hubiera el menor rastro de la Compañía, figuraba como director D. Vicente Botella que era vicario en la Iglesia del Pilar y como secretario el abogado Timoteo Guillen del Soto, ambos muy afines a los Jesuitas. Allí permanecieron tres años anexionando otro piso del edificio contiguo con lo que pudieron llegar a admitir a 83 alumnos divididos en dos Brigadas una de internos y otra de mediopensionistas, por supuesto a excepción de 2 sacerdotes, el profesorado vestía de seglar.

Antigua casona en Trinitarios

En el mes de Julio de 1873 acontece la Revolución Cantonal Valenciana y de nuevo peligra el colegio y la comunidad. Unos huyen a Gorga en Alicante y seis se quedan custodiando el colegio; controlada la ciudad por el General Martínez Campos, piensan en buscar una sede más amplia para comenzar el curso y hallan el colegio de San Rafael en una antigua casona de la calle Trinitarios dando a la Plaza de santa Margarita con patio y jardín que estaba pasando un momento muy delicado económicamente. Su director D. Epifanio Lozano, quiso asociarse con el Padre Cabré, pero finalmente no hubo acuerdo, se cerró San Rafael subastando y vendiendo todos los enseres que fueron comprados por la Compañía y alquilando la casona se instalaron en ella a comienzos de 1874.

Parece que se relaja la clandestinidad y en 1875 deciden uniformar al alumnado, no existía esa costumbre pero fue muy bien acogida. Llamaron a uno de los mejores sastres de València, Ballesteros y entre todos diseñaron el primer uniforme del Colegio de San José con una alta semejanza al de Cuerpo del Estado Mayor.

Es en este momento cuando los exalumnos del antiguo Colegio de Nobles desean que sus hijos estudien en el de San José, resurge en el Padre Cabré la idea de edificar un nuevo colegio. Para ello cuenta con la herencia de Francisco Borrull, pero las cláusulas del testamento impiden su cobro. Sin embargo, este revés se ve paliado por la entrega de los bienes del Padre Colombo Adrien en el momento de hacer sus últimos votos. Ya se contaban con 22.000 duros, entonces pidieron dinero a los padres de los alumnos que les adelantaron el montante del curso completo, vendieron el colegio antiguo y se dispusieron a trazar los planos para el nuevo colegio con la experiencia que tenían y la distribución que querían. Realmente el diseño fue del propio Padre Cabré con zonas abiertas y amplios corredores además de bien diferenciadas las brigadas para que tuvieran autonomía dentro del edificio.

Se diseñaron cuatro patios rectangulares rodeados de las alas del edificio todas en forma de «C». La tarea de elegir el enclave tampoco fue aleatoria, pues se preguntó a los médicos qué zona era la más sana e higiénica de la ciudad y contestaron que la del Botánico, aunque quedaba bastante apartada del centro. Un tío del Padre Cabré era el administrador del Barón de Benidoleig que tenía en la zona una huerta enorme, y les vendió la parte que estimaron oportuno por 63.502 pesetas. Para plasmar el proyecto diseñado eligieron al Arquitecto José Quinzá y a Enrique Llopis como Maestro de Obra. El día 4 de Junio de 1879 se colocó la primera piedra y tras quince meses y 80.000 duros se terminó el colegio. Más tarde, el 12 de Octubre de 1881 se inauguraría la Capilla bizantina realizada por el Arquitecto Joaquín Belda y el Salón de Actos.

Gregorio Gea, siempre preocupado por la instrucción de los jóvenes trabajadores sin recursos, crea con la ayuda de la Real Asociación Económica de Amigos del País una escuela en la Calle Landerer para atenderlos, el Patronato de la Juventud Obrera que ve la luz en 1883, en búsqueda de una mayor eficacia se encomienda la gestión a los Jesuitas.

De 1894 a 1900 con los cambios políticos e ideológicos se suceden los planes de estudios hasta un total de cinco diferentes, lo cual crea una caída del 50% en el alumnado. En 1902 el Conde de Romanones nombrado ministro de fomento por la Reina Regente, vino a revalorizar los centros públicos en detrimento de los privados. Los Jesuitas iniciaron la huida hacia adelante y es en 1903 cuando crean el maravilloso laboratorio químico y microbiográfico que tanta fama le ha dado, a cargo del Padre Antonio Vicent.

Habilitando el local existente junto a la portería, el 7 de Febrero de 1904 se inaugura la escuela nocturna, auspiciada generosamente por D. Vicente Sancho Lleó, que aportaba 1000 pesetas anuales, con un tremendo éxito y el 2 de Octubre de 1908 nacen las escuelas gratuitas diurnas para alumnos destacados pero sin recursos conocidas como las «Escuelitas», estaban dirigidas por un seglar siendo Rector del Colegio Luis Beltrán Salietti. Estas se ubican a la sombra del colegio de San José, en unos barracones (una cochera y un desván) mirando a la calle Gaspar Bono. Instalaciones desastrosas e insuficientes en palabras del Padre Muerda, que en 1922 es trasladado como profesor al Colegio y director de las Escuelitas. Es ese mismo año cuando se les da un jardincillo o patio tan apreciado por la idea del Colegio. No obstante se ponen en marcha todos los resortes para mejorar estas escuelas y ese mismo año, se compra a la Marquesa de San Joaquín el resto del solar que completaría la manzana, ya creada la Gran Vía y se logra del Ayuntamiento que la Calle de San Jacinto no atraviese la Gran Vía y divida el solar de la Compañía. Se había creado en 1917 una revista llamada AURAS de la asociación de Antiguos alumnos y es allí donde el Padre Belda se aclamó para recoger los fondos destinados a levantar un edificio donde albergar decentemente las escuelitas. En 1925 se levanta obra nueva para acoger a estas escuelitas ya mirando a la futura Gran Vía de Fernando el Católico, que quedó completamente terminada al techar el salón de actos-Capilla 3 años después y al derribar los edificios viejos se les da una zona muy amplia recayente a la calle Gaspar Bono.

Durante el breve periodo de la II República, algunos Jesuitas permanecen en el colegio camuflados de seglares, el resto intenta continuar su labor docente y pastoral en casas particulares hasta que en Abril de 1932 se inaugura la Academia Ausias March en la Plaza de San Esteban, perteneciente a una sociedad llamada Mutua Valenciana de Cultura de adeptos al espíritu y normas educativas de los Jesuitas y Antiguos Alumnos. Así mismo, compran parte del Convento de la Visitación en la Calle Orihuela 30 y es allí donde se instalan las escuelitas, la residencia de los Jesuitas y los seis cursos del Bachillerato. En este lugar permanecen hasta el curso 1935-1936.

En 1936, se incauta el colegio pasando a ser Centro de Enseñanza Popular e Instituto Obrero. Una vez cesa la contienda el 10 de Abril de 1939 es recuperado por el Colegio y poco después vuelven a implantar también las escuelas nocturnas.

En cuanto a las escuelitas se refiere, se van ampliando en obra y en alumnado. En 1952 se crea el Patronato Escolar San José a fin de tener maestros nacionales en el centro privado. Se incorporan talleres y van adquiriendo fama y prestigio de modo que su revista interna llamada «Escuelitas» pasa a llamarse «Escuela y Taller» en 1958, año en que celebran las bodas de oro llegando a la cifra de 1000 alumnos, con lo que era mucho el dinero que necesitaban en subvenciones, se necesita mobiliario nuevo y modernización de los talleres.

Nuevo proyecto en Campanar

En tan solo dos años se crea la FP y se ve la trascendencia que esta rama profesional puede tener en el futuro respondiendo a una necesidad educativa que los Jesuitas ya tienen en marcha, se decide separar el Colegio de las Escuelas Profesionales y comienza un nuevo proyecto en la Carretera de Ademuz. La compra de 100.000 metros cuadrados en la Huerta de Campanar, aunque más tarde se les expropiaron 10.000 para la avenida Pío XII. Se eligió al arquitecto Cayetano Borso di Carminati y a Francisco Gil Colomer como constructor. La primera piedra se coloca el 24 de Mayo de 1962 y el 2 de Octubre de 1964 empiezan el curso en las nuevas instalaciones con 480 alumnos en primaria con 15 profesores seglares y 640 de FP con 28 profesores. Se crea una nueva comunidad Jesuítica con 12 miembros, 6 religiosas para enfermería y comedor y 1 conserje. Además de las aulas y talleres se edifican casas para el profesorado y personal de administración y se presenta un gran proyecto para la zona deportiva que se lleva a cabo con 8 millones de pesetas que le subvencionó Samaranch como Delegado Nacional de Deportes. Todo este cambio fue orquestado por el Padre Fernando Casanova siendo el primer Rector el Padre Federico Sanfeliu.

En cuanto al Colegio de la Gran Vía, en 2002 ya está vendida una buena parte de su parcela y se fusionan con las escuelas de Pío XII dejando el resto del edificio de la Gran Vía para el Centro Arrupe.

En breve celebrarán un aniversario. Para festejarlo se ha reunido una comisión comandada por el P. Eduardo Serón que nos ha facilitado la investigación del proceso del colegio y las escuelas de los Jesuitas en València. Ellos están reuniendo documentación, fotos y cualquier recuerdo de las mismas (contacto eduardoseron@jesuitas.es).

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