Una mujer se para junto a uno de los operarios que estaba ayer sustituyendo la placa de una de las 51 calles que València va a modificar para adaptarse a la Ley de Memoria Histórica y pregunta «¿Y ese quién es?». Se refería, nada más y nada menos, que a Amado Granell, el republicano de Burriana que encabezó la 9ª compañía, la cual fue la primera en entrar en París y liberarla de la ocupación nazi. El suyo es uno de los 51 nuevos nombres de vías públicas que, a partir de ayer, pasa a tener la ciudad de València y que sustituyen a figuras ensalzadas por la dictadura franquista o incluso al «Comandante Franco» que hasta ahora tenía una vía pública en el barrio de Castellar-Oliveral, y que ahora pasará a denominarse «Castelló de la Albufera».

Ayer, la gente se paraba ante las placas, algunos les tomaban fotografías. Y a pie de calle se escuchaban todo tipo de comentarios, desde los que estaban a favor, hasta los que preferían no mojarse, a los que se oponían tanto por pensar que «hay otras cosas más prioritarias», por verlo como una «incomodidad» para adaptarse al nuevo nombre, e incluso los que estaban, directamente, en contra de dejar de homenajear a estas personas que colaboraron o formaron parte del régimen franquista y de la represión social y política que lo acompañó. Cosa que, precisamente, causó la aprobación de la citada Ley por el Gobierno de Zapatero en el año 2007.

No obstante, como indicaba la concejala de Cultura, Glòria Tello, esta no es una cuestión de mayor o menor comodidad, sino de cumplir con la legislación vigente: «Es un día histórico porque València sale de esta anormalidad democrática en la que estaba inmersa desde hace varios años. Cabe recordar que ya hace más de diez años que entró en vigor la Ley de Memoria Histórica, pero hemos tenido que llegar nosotros para poder ponerla en práctica porque el anterior gobierno del Partido Popular no tenía ninguna intención de hacerlo», argumentaba. Y también recordaba que los cambios se han hecho con el aval de la Universitat de València y también según demandas ciudadanas pendientes.

Por su parte, el concejal de Movilidad, Giuseppe Grezzi, recordaba que todo esto servirá «para recordar a personas importantes en el mundo, pero que aquí no tenían reconocimiento».

El cambio empezó sobre las nueve de la mañana en calles como la nueva Avenida del Oeste (hasta ahora Barón de Cárcer) o la citada Amado Granell (hasta ahora General Urrutia). Y las nuevas placas mantienen en la parte inferior la anterior denominación, cosa que se mantendrá durante un año para hacer el cambio más llevadero a la gente.

En días anteriores, el gobierno presidido por Joan Ribó había mandando unas 20.000 cartas a los vecinos de las vías afectadas, informándoles del cambio. Y algunos de ellos comentaban ayer a Levante-EMV que facturas como la luz o el gas ya les están llegando con el nuevo nombre.

Nombres inclusivos y sociales

Otro de los objetivos de este cambio, como ayer confesaba la propia Tello, es el de conseguir un callejero valenciano más feminista. De este modo, de las 51 calles, 23 corresponden a mujeres ilustres tanto españolas como internacionales. Así, entre ellas está la científica Marie Curie (hasta ahora calle Alfonso Peña), la filósofa Simone de Beauvoir (hasta ahora Luciano Vilatela) o Frederica Montseny (Francisco Llobell), la primera mujer que fue ministra en España, durante la II República.

También se destacan, con nuevos nombres de calles, valores humanos y democráticos como «la solidaridad», «la Ilustración» o «la cultura», así como aspectos culturales como «el cine», «la fotografía» o «la poesía», en este intento de buscar un callejero más inclusivo y más social.