Para acabar con el problema de las toallitas no hay más solución que una mayor conciencia de la población, es decir, que la gente no arroje por el retrete este recurrente elemento de la higiene personal. Así lo aseguran todos los expertos y también los responsables del Ciclo Integral del Agua de València. El propio concejal responsable de esta área, Vicent Sarrià, ya recordó recientemente que existe una ordenanza municipal que sanciona con hasta 3.000 euros esta práctica. Pero de la misma manera admite que certificar la responsabilidad de las personas es muy complicado, lo que significa que su aplicación está muy limitada. La solución, pues, son campañas de concienciación para que las personas dejen de tirar toallitas al baño.