El enfrentamiento en el que ha desembocado el debate sobre la idoneidad de la quema de la paja del arroz parece lejos de solucionarse. La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja) desveló ayer unas cifras que parecen no contentar a nadie, ni a los agricultores ni a los ecologistas. Según el sindicato, el Consell estudia autorizar la quema solamente de unas 5.000 hectáreas -las que se encuentran en las zonas más bajas-, mientras que se prohibiría en las 10.000 restantes -las radicadas en las áreas más altas- que componen el parque natural de l'Albufera y por lo tanto la zona más próxima a la ciudad de València y al área metropolitana, el perímetro más afectado por el humo.

Se impondrían así, según AVA, las intenciones del secretario autonómico de Medio Ambiente, Julià Álvaro (Compromís-Els Verds), que confrontan radicalmente con las de la consellera Elena Cebrián y el secretario autonómico de Agricultura, Francisco Rodríguez Mulero (PSPV-PSOE), que ya se habían comprometido con el mundo agrícola a autorizar un año más las quemas (aunque con una ampliación de las restricciones y las exigencias) y continuar con la búsqueda de alternativas viables que podrían dirigirse a la reutilización de la paja para la obtención de combustible. El Consell no confirmó ayer las cifras de AVA y afirmó que no había nada oficial todavía.

El hecho es que hoy está prevista una nueva reunión en la que el choque de posicionamientos parece inevitable, aunque el mundo agrícola no ve demasiado posible que Álvaro ceda en sus planteamiento. AVA-Asaja, junto a las comunidades de regantes, las cooperativas, otras organizaciones agrarias y buena parte de los ayuntamientos de la demarcación afectada vienen reiterando desde hace mucho tiempo que a fecha de hoy no existe ninguna alternativa viable a la quema de la paja, por lo que la referida opción sigue siendo la más plausible, razonable y ventajosa tanto desde un punto de vista medioambiental como desde una perspectiva fitosanitaria y de la propia rentabilidad del cultivo.

«La última decisión de la conselleria sobre este punto supone además un cambio de rumbo respecto a los planes iniciales que manejaba, puesto que existía un compromiso verbal para autorizar este año la quema y los arroceros estaban a la espera de la resolución que formalizase legalmente la puesta en marcha de esta medida», argumentó ayer el sindicato.

Mediación de Puig

El presidente de AVA-Asaja, Cristóbal Aguado, consideró que lo que está sucediendo en la conselleria de Agricultura «refleja la difícil cohabitación entre los partidos que la dirigen y eso es algo muy negativo porque va en detrimento de los administrados, de los agricultores». Aguado señaló que se trata de un asunto muy delicado y agrega al respecto que si «no se encuentra una solución adecuada pediré la mediación del presidente de la Generalitat, Ximo Puig». Los agricultores ya amenazaron con movilizaciones en València con los tractores. Día clave el de hoy para desenmarañar un conflicto agrícola mutado en enfrentamiento político.

En municipios como Sueca, y a pesar de la división interna, el Ayuntamiento se ha posicionado finalmente a favor de los arroceros en sus reclamaciones para poder quemar la paja del arroz. Con dicho posicionamiento acudirá hoy la alcaldesa de la localidad, Raquel Tamarit, a la reunión, en la que los agricultores no tienen demasiadas esperanzas depositadas, ya que creen que Julià Álvaro es firme en su consideración. Dentro del consistorio suecano existían dos versiones: las cercanas a los posicionamientos ecologistas defendidos por Álvaro (no hay que olvidar que manda Compromís, el partido al que representa el secretario autonómico de Medio Ambiente), mientras otras voces claman por apoyar a los agricultores en sus pretensiones de quemar los rastrojos, por lo menos hasta que se encuentren alternativas que puedan ser consideradas válidas. Sin duda la circunstancia de que casi el 90% del término municipal de Sueca sea terreno arrocero ha pesado en la decisión final de alianza con los agricultores.

«La quema inmediata»

Así, Tamarit defenderá hoy la «quema inmediata de la paja por razones fitosanitarias, principalmente en los cercados y en el resto de zonas próximas a ellos, para minimizar daños en la población. A falta de una mejor alternativa y dado que no hay urgencia en eliminar la paja en estos lugares, en el resto de la partida se pedirá realizar una quema controlada y muy escalonada en el tiempo».

Tanto los arroceros y los regantes como las organizaciones agrarias, juntamente con el consistorio cullerense (como ya lo anunció ayer este periódico) tienen previsto defender la postura de la quema de la paja del arroz, especialmente por motivos fitosanitarios. Una postura con la que hoy jueves concurrirán a la reunión que han de mantener con la conselleria y en la que defenderán sus motivos para solicitar que por tercer año consecutivo se les permita dicha acción.