El concejal responsable del Ciclo Integral del Agua, Vicent Sarrià, confesó ayer que «el problema es muy gordo». «Llegamos a temernos un vertido de aguas fecales al río, menos mal que ese peligro ya está conjurado», añadió. Las obras, no obstante, aun pueden durar seis meses y no se descarta que sea más.

Al margen del problema de las toallitas, Sarrià explicó que el colector tiene «un problema de diseño», ya que no tienen accesos y se ha hecho necesario abrir «boquetes» para entrar la maquinaria y desviar caudales.

Además, el mantenimiento del saneamiento de la ciudad se habría visto muy perjudicado por los recortes aplicados por el anterior gobierno en el año 2012, recortes que el actual gobierno, dijo, están tratando de superar pero que, como se ha visto en el colector norte, «están pasando factura».

De hecho, Sarrià anunció que ha pedido más dinero en los presupuestos del año que viene para mantener el saneamiento de la ciudad. Hay que tener en cuenta que este atasco precisa, de entrada, 2,3 millones de euros.

Así mismo, el concejal del Ciclo Integral del Agua anunció la puesta en marcha de una nueva campaña para concienciar a los vecinos de que «el inodoro no es un vertedero» y que determinados elementos de higiene personal, como las toallitas e incluso las compresas, se depositen en otro lugar más adecuado.

Ese trabajo de concienciación tiene que llegar, en última instancia, a las marcas comerciales, ya que ese rótulo de «biodegradables» no es suficiente. «¿Biodegradables en cuanto tiempo?, se pregunta Sarrià.

El concejal admite, de todas formas, que hay algunas firmas que ya han avanzado mucho en ese sentido y que hay otras que no lo han hecho tanto, por lo cual cree que habrá que seguir insistiendo en este asunto a todos los niveles.

«Lo mejor en no tirar nada al inodoro y que las marcas hagan toallitas dispersables, porque son muy malas. Nosotros por nuestra parte, vamos a mejorar los recursos de mantenimiento, porque el saneamiento está bajo tierra y no se ve, pero es muy importante», resumió Sarrià.