Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Medio Ambiente

Jardines para usar y no solo admirar

Parques y Jardines apuesta por plantas autóctonas y sostenibles en zonas verdes diseñadas para «tocar y pisar» - Los alcorques se liberan de herbicidas cancerígenos

Jardines para usar y no solo admirar

Menos naranjos decorativos y más árboles de sombra. La idea lanzada por Joan Ribó hace unos meses no era más que el preámbulo de una concepción paisajística, la que persigue el Govern de la Nau, muy alejada de cánones anteriores. Pilar Soriano (Compromís), concejala de Parques y Jardines, volvió sobre el tema en el último pleno cuando avanzó que el nuevo modelo de jardinería se llevará al recién creado Consell de Medi Ambient Local. «Las zonas verdes han de ser para tocar y pisar, no para admirar», es el lema de Soriano. La apuesta de su regidoría es la de una jardinería autóctona, más eficiente y más respetuosa con el medio ambiente, con una clara voluntad de ir prescindiendo de los herbicidas. Es el caso de los alcorques, ahora asilvestrados, y donde se busca preservar el ciclo de insectos beneficiosos para el ecosistema.

Los árboles históricos se mantendrán sin ningún problema, pero a la hora de proyectar nuevas zonas verdes la concepción es otra radicalmente opuesta. Soriano, en ese punto, aclara que una cosa son los espacios viarios, y otra los jardines. En los primeros no caben los árboles que puedan dificultar la visión de señales, o que afecten al pavimento. «Han de ser especies que crezcan a lo alto y no a lo ancho, que su mantenimiento sea fácil, y que tampoco afecten al carril bici», explica. La caída de frutos, como es el caso de los naranjos amargos, además de ensuciar supone un peligro para viandantes y ciclistas.

En los jardines de nuevo cuño, además, se intentará prescindir de los clásicos setos, que actúan en algunos casos como elementos laberínticos. Por contra, se apostará por la continuidad de zonas. «Los setos son barreras que quitan espacios libres y hay que reducirlos en la medida de lo posible», señala Soriano, quien aclara que hasta ahora eran las constructoras quienes en sus diseños «primaban la estética». «No es una revolución, es aplicar el sentido común», argumenta. El césped no está desterrado, pero hay que ir combinando también la tierra de mortero y los espacios para jugar al balón. «No tenemos el clima de otros países de Europa y hay que evitar el alto consumo de agua que reclama el césped», razona.

En cuanto a los alcorques, con más de 60.000 por toda la ciudad, el cambio sustancial es la retirada de herbicidas. «El glifosato es cancerígeno y no es compatible con la arboricultura sostenible, por cuanto elimina los insectos depredadores de las plagas del arbolado», advierte. «Las hierbas no siempre son feas», trata de convencer. En un primer paso ahora se dejarán crecer especies silvestres para que se oxigene la tierra, muy apelmazada por el uso de productos químicos. Después se sembrarán plantas que aporten colorido y que sean más decorativas. La idea es que, bajo la tutela de los técnicos, Escoletes y vecinos puedan actuar en ellos «como pequeños jardines». «Se les facilitarán las semillas adecuadas», adelanta. La iniciativa se pondrá en marcha en barrios como Patraix o Sant Marcel·lí.

La responsable de Parques y Jardines cree que ha llegado el momento de abrir un debate sobre el camino que debe seguir València, más en la línea de lo que están haciendo ya muchas urbes, como Vitoria o París. «El actual sistema es insostenible, porque no llueve, porque se han perdido las características propias de la zona mediterránea y porque hay que luchar contra la contaminación y no agravar los efectos del cambio climático», desgrana, en lo que viene siendo también el discurso de Joan Ribó.

La medida de llevar al Consell de Medi Ambient Local el tema de esta nueva concepción ambiental fue bien recibida por la oposición en el último pleno. Santiago Benlliure, de Ciudadanos, comentaba que había llegado el momento de empezar a debatir «aspectos concretos para futuros concretos» en relación con el modelo de jardinería que se persigue para València, «independientemente de quién gobierne». También Lourdes Bernal (PP) se mostraba favorable: «No tenemos ningún problema en debatir y analizar».

En el Consell de Medi Ambient se dará participación a las asociaciones locales, organizaciones ecologistas, partidos políticos u otros organismos públicos implicados en la protección y defensa del medio ambiente. Este órgano, que tendrá un carácter asesor y consultivo, se encargará de realizar informes y propuestas relativas a iniciativas del ayuntamiento cuyo propósito sea cuidar y mejorar los recursos naturales de la ciudad. También se coordinará y colaborará con otros Consejos Municipales. «Se hace realidad así una demanda de las asociaciones ambientalistas. La defensa y la mejora del medio ambiente de la ciudad son objetivos prioritarios para el Govern de la Nau», concluye Soriano.

Compartir el artículo

stats