La reordenación del tráfico en Ciutat Vella con la utilización de bucles «era un paso necesario» para pacificar el distrito, pero tras una semana en funcionamiento «necesita revisarse tras los problemas detectados», según explicaba ayer el portavoz de Amics del Carme, Toni Cassola. Los vecinos van a pedir una reunión con la concejalía de Mobilitat Sostenible para evaluar el impacto de la medida, al tiempo que piden mayor coordinación con otras áreas del ayuntamiento, como Espacio Público, Parques y Jardines o Policía Local.

El principal problema detectado se concentra en la calle Murillo, donde desembocan hasta tres bucles (el que procede de las calles Corona, Pintor Zariñena y Pintor Domingo). Una vecina del barrio lleva varios días documentado los atascos que se producen en Murillo, donde ayer a 17:30 horas la cola de vehículos ocupaba toda la calle.

Cassola considera que la medida que se ha llevado a cabo para disuadir el tráfico oportunista está provocando grandes molestias a los vecinos del barrio, con itinerarios «laberínticos» y calles con mucho tráfico cuando antes no tenían apenas. Amics del Carme cree que es inaplazable la «identificación de vehículos residentes y autorizados a circular por Ciutat Vella», y una vez realizado este paso, limitar el acceso al barrio al tráfico residencial, a ser posible con la colocación de cámaras. Pero mientras llega este momento proponen que se cumpla el horario ZAS, y que el barrio se cierre al tráfico de 22 a 8 horas. «Están incumpliendo sus propias resoluciones», advirtió.