Alrededor de dos horas y media de cola tuvieron que hacer miles de valencianos para conocer los entresijos del buque anfibio portaeronaves Juan Carlos I, que permanece este fin de semana atracado en el Puerto de València en una jornada de puertas abiertas que dura hasta las 13:00 horas de hoy. Este portaviones es el más grande de España con sus más de 230 metros de eslora y una manga de 32 y fue construido íntegramente en astilleros españoles, en El Ferrol. Su base está en Rota, Cádiz.

Tras haber permanecido dos semanas realizando maniobras navales en el ejercicio Brilliant Mariner-17, un entrenamiento de la OTAN como fuerza de respuesta marítima en el litoral mediterráneo junto a otros 25 buques de guerra de la Alianza Atlántica, el Juan Carlos I ha hecho escala por primera vez, en sus siete años de servicio en la Armada, en València. "Una ciudad muy querida por nosotros y que nos ha demostrado su aprecio por la cantidad de gente que se ha acercado a visitar la nave", explicó el Comandante del Juan Carlos I, José Lago.

De hecho, debido a la gran afluencia de público y las altas temperaturas registradas ayer, se produjeron algunas indisposiciones entre los visitantes que mostraron su malestar por algunos detalles de la organización.

El buque, que cuenta con una capacidad para albergar más de 1.400 personas, ha llegado con una tripulación de 700, de los cuales 300 son infantes de marina y un grupo de Fuzileiros Portugueses que se han integrado en el buque con motivo de los ejercicios de la OTAN, para conocer el funcionamiento de este portaeronaves, "la joya de la Armada", tal como lo describió el delegado del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Juan Carlos Moragues, que visitó ayer la embarcación.

"Una experiencia única"

Los valencianos que se acercaron a visitar el buque quedaron impresionados por sus dimensiones y las capacidades. Además, destacaron que subir a bordo es una "experiencia única que hay que vivir", según palabras de Borja Domínguez, vecino de València que no quiso perder la oportunidad de acercarse hasta el Muelle de Cruceros número 1, donde está amarrado el buque. De la misma opinión era Joaquín Artigues, quien tildó la visita como "un sueño" y a quien le impresionaron los aviones Harrier que se ubican en la cubierta de vuelo del portaeronaves.

También hubo familias que aprovecharon la mañana para conocer de primera mano el que es uno de los orgullos de las Fuerzas Armadas. Es el caso de Gloria Pérez y Jesús Hernández que acudieron con sus tres hijos. "Ojalá se pudiera ver más a menudo", comentó Pérez.

José María Gabaldón, también de València, no podía perderse la oportunidad de ver, "como dicen en la Armada, ´el monstruo´. Este es el buque perfecto para lo que necesitamos en España", comentó Gabaldón.

La visita del Juan Carlos I pretende además, según explicó el Almirante del Grupo de acción naval número 2, Ricardo Hernández, "acercar las Fuerzas Armadas a la sociedad civil y dar a conocer algunos detalles de nuestro trabajo".