Fomento manifestó ayer su «sorpresa» por la moción conjunta del gobierno municipal del tripartito (Compromís, PSPV y València en Comú) en la que solicitan la paralización de las obras de la ampliación de la V-21, cuando, añadieron, las mismas formaciones aprobaron en 2015 una moción de apoyo al proyecto.

Petición municipal

Como se ha publicado, el ayuntamiento ha solicitado a Fomento que revise este proyecto, en concreto, el bucle previsto entre Alboraia y la Malva-rosa para el futuro túnel del acceso norte del puerto de València, una infraestructura que el ayuntamiento rechaza y cuya ejecución está bloqueada por falta de financiación.

Fomento recordó que Compromís presentó, tanto en el Congreso como en el Senado, una enmienda a los Presupuestos Generales del Estado de 2017 para que se incluyera una partida para mejorar y ampliar la V-21. Este grupo justificaba precisamente en su enmienda que los accesos a la ciudad de Valencia requieren de mejoras y ampliaciones.

El Ministerio de Fomento también reprocha al ayuntamiento la extemporaneidad de la moción que busca paralizar la ampliación de la V-21 por el impacto en la huerta y recuerda que el consistorio debía haber alegado cuando la obra estaba en trámite de consultas. "Pedir que se paralicen las obras justo cuando van a empezar y después de haber tenido diez años para realizar alegaciones es incomprensible", explica Fomento.

La tramitación del proyecto actual, que tan solo está pendiente de la adjudicación del contrato para el inicio de las obras, ha durado diez años. Si se paraliza, como pide Ribó, habría que iniciar de nuevo la tramitación y completar todo el proceso administrativo: habría que anular la licitación; elaborar un nuevo estudio informativo donde se definan todas las alternativas; someterlo a información pública; y obtener la Declaración de Impacto Ambiental, entre otros trámites. Eso retrasaría la obra esos diez años.