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Día de Todos los Santos

Las distintas formas de honrar a los difuntos fuera del 1 de noviembre

Musulmanes, ortodoxos, judíos o la comunidad china recuerdan a sus fallecidos de manera singular

Puerta de la parcela musulmana en el Cementerio General. M .A. MONTESINOS

El día 1 de noviembre es, sin duda, una fecha señalada para los cristianos católicos. Los ciudadanos decidimos visitar, en el «Día de Todos los Santos», los cementerios como muestra de recuerdo y memoria para todos aquellos difuntos que han ido perdiendo la vida con el paso de los años. Con un centro, ya sea de flores naturales o de papel, los católicos acudimos a este recinto para rememorar los momentos vividos con aquellos que hoy ya faltan. No obstante, el resto de creencias no experimentan y honran este recordatorio de la misma forma. Ya sea con un día especial indicado en el calendario o mediante una visita sin jornada asignada durante el año, las diferentes concepciones experimentan, de manera diversa, la pérdida de sus seres queridos.

Entre estas confesiones que no poseen una fecha designada para honrar a sus difuntos se encuentra como una de las más mayoritarias la comunidad musulmana. Esta religión en la ciudad de València posee un espacio dentro del Cementerio General, en el cual pueden dar sepultura a sus difuntos, siempre que estas se produzcan mirando a la Meca y con inhumaciones en el suelo y no en altura (nichos).

Como explica el presidente de la Unión de Comunidades Islámicas de la Comunitat Valenciana, Ihab Fahmy, «nosotros no tenemos un día en el que ir a visitar las tumbas de los fallecidos», sino que estas visitas a los difuntos se producen «cuando queremos durante el año» para recordarlos y tener «la conciencia tranquila».

Misa en memoria de los difuntos

Al igual que los católicos, los cristianos ortodoxos tienen fijado un día en el que se honra a sus fallecidos y este es el primer sábado del mes de noviembre. Para Daniel Toadere, párroco rumano de la Iglesia ortodoxa de València, la conmemoración a todo ellos se produce «mediante una misa en nuestra Iglesia, porque al no tener un espacio único para enterrar a nuestros fallecidos, no podemos hacer una celebración en cada cementerio».

En este momento de reflexión y oración, se comparte el pan especial de este día con los pobres, un gesto a través de cuál esta comunidad puede «recordar a los difuntos».

Reconstrucción de vidas

En el caso de la religión judía, tampoco se ubica en el calendario ninguna jornada especial en la que rendir culto a los que ya se han ido, pero sí que se realizan «actividades con el fin de reconstruir las relaciones de los que viven para ayudar a rehacer sus vidas», afirma la representante de la Sinagoga La Javurá, Alba Toscano. «Nosotros nos reunimos el día del enterramiento y 30 días después nos volvemos a juntar para conmemorar al fallecido», resalta Toscano, quién también manifiesta el gran apoyo que «los supervivientes» reciben de la comunidad, la cual «les cuida y les consuela».

La mayoría de las personas de esta comunidad en València son inmigrantes, por lo que los entierros de las mismas no se producen en València, «sino que todo el mundo tiene una sinagoga en su país de origen y se repatrían allí sus restos», explica la representante. Pese a ello y en caso de que lo desearan, en la capital valenciana también poseen un terreno separado en el Cementerio General en el que pueden enterrar a sus fallecidos.

Celebraciones aconfesionales

Las leyendas también son otras de las piezas básicas a la hora de entender las creencias de ciertos colectivos como el chino. Para esta comunidad, el día de los difuntos tiene su equivalente en la fiesta del Qingming, celebrada aproximadamente cada 5 de abril, donde se conmemora la muerte en un incendio de Jie Zhitui, uno de los súbditos del rey Wen de Jin. Este fallecimiento provocó que el rey prohibiera encender fuegos en todo el reino, por lo que los habitantes tuvieron que comer su comida fría, una costumbre que se mantiene hasta la actualidad.

De igual modo, en esta celebración, como reflejan responsables del Instituto Confucio de València, los familiares se acercan al cementerio a limpiar la tumba del difunto, entregándole «ofrendas y flores» y, en caso de que no puedan acudir, quemando «dinero de papel» para que los fallecidos puedan «comprarse ropa con la que afrontar el cambio de estación». Es por ello que en el Qingming se muestra esta «aflicción por el recuerdo» de unos ciudadanos que siempre son enterrados en China en «una vuelta a sus orígenes». Diferentes formas y momentos de honrar a los muertos fuera del «Día de Todos los Santos».

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