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Toda una vida junto a la Plaza Coll

En Sendra, una de las comisiones pequeñas del barrio del Pilar que goza de buena salud, celebra el 75 aniversario

Más de medio centenar de falleras mayores de En Sendra se dieron cita en el acto conmemorativo del 75 aniversario de la comisión y posaron en la Plaza de Coll. m. d.

La Plaza Coll es un fiel reflejo de lo que, en muchos aspectos, es el barrio del Pilar. Las dos fachadas de su vértice están formadas por una finca rehabilitada y otra tapiada. Y muchos grafitis urbanos. Pasado y presente. Una callejuela, En Sendra, la atraviesa y completa el nombre de una comisión de falla que, hace unos días, reunió la mayor cantidad imaginable de banderas de España, pero no en manifestación patriótica, sino en la parte posterior de las bandas de docenas de falleras mayores que, en un clamoroso éxito de convocatoria, realzaron la conmemoración del 75 aniversario. Un reencuentro excepcional por la presencia de tres generaciones de falleras, desde la más veterana de las localizadas, Lolín Pérez Torres, de 1950, a las de 2018, Maria Montés y Ana Martínez.

Es un barrio en el que las comisiones sufren. La historia reciente recuerda los enormes problemas de supervivencia de las fallas vecinas. Pero En Sendra-Plaza Coll mantiene desde hace tiempo unas constantes vitales muy vigorosas. «Sin grandes despliegues, pero estamos en la justa medida. Con una buena cantidad de falleros y con la confianza que da ver que tenemos muchos infantiles» dice el presidente, Juan Bugueda. Hace dos años se publicaba en estas mismas páginas el inaudito «baby boom» que habían sufrido. Falleros que no viven en el barrio, porque en el mismo prácticamente no hay vecinos, pero que conservan viviendas y recuerdos ancestrales.

El resto de la iconografía es la misma que en las fallas padecedoras: un casal vetusto «que se nos lleva una buena parte del presupuesto» y una geometría casi imposible en una plaza diminuta en la que se abren paso nuevos negocios de diseño y en la que se obra el milagro de plantar y quemar, así como disparar algunas tracas. Aún era un barrio con más recovecos hasta que la piqueta se llevó una manzana entera, convirtiéndose en la Plaza de Viriato, donde actualmente plantan la carpa. «El permiso nos lo da, en este caso, la Consellería de Cultura, porque no es suelo municipal».

En Sendra, la «Falla del Tró», estrenó el Siglo XXI con un vigor inusitado: lleva seis primeros premios en los últimos 16 años. Pocos conocen esta vertiente como uno de sus falleros, el artista Manolo Guitarte, que recita uno a uno los éxitos y los errores plantados en un rincón muy agradecido, que vive una particular segunda juventud. «Tenemos un acta que nos daría una antiguedad aún mayor: consta una comisión infantil en 1929. Pero como no se ha podido acreditar más, nos dan como edad la de 1943».

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