Durante décadas fue un distintivo de la ciudad de València. Una especie de enseña para toda una generación. Desde los años 50 del pasado siglo, el edificio representaba el sueño de muchos niños: una casa llena de golosinas.

Pero en plena rehabilitación del edificio, en la esquina de las calles Conde Trénor y Muro de Santa Ana de València, y propiedad de la Generalitat aunque adscrito a las Corts, la decoración ha acabado en los contenedores.

Más allá del valor sentimental, las marquesinas, los escaparates y los carteles no tenían ningún otro, ni tampoco protección alguna por lo que se ha decidido prescindir de ellas. La decoración externa era precisamente uno de los elementos más deteriorados junto a la estructura interna, que tampoco tiene protección, y amenazaban con desplomarse, según el informe que realizó el Ayuntamiento de València y que obligó a la institución que preside Enric Morera a poner en marcha las obras a comienzos del verano. El Ayuntamiento de València ya había enviado requerimientos a las Corts, el último en julio, para que se iniciara un intervención urgente.

Sin embargo, una vez los operarios retiraron los rótulos de la conocida como Casa de los Dulces se pudo observar que servían para tapar vigas metálicas que tampoco estaban en buen estado.

Las Corts tienen el dinero para acometer la rehabilitación y el uso del edificio cedido por lo que una vez se ha consolidado la estructura y eliminado la decoración, la intención es elaborar un proyecto de rehabilitación. Los actuales gestores de las Corts prefieren que se lo quede la Generalitat, pero como la cámara valenciana tiene las arcas más saneadas afrontaría el pago de la reforma a cambio de que se les ceda, mediante un convenio, el bajo o un espacio aún por decidir ya que tampoco el parlamento necesita todo el inmueble.

Las Corts también quiere que sea la Generalitat la que decida el uso del edificio.

Aunque siempre se ha especulado con la posibilidad de que el inmueble se convirtiera en dependencias de la cámara, e incluso en los últimos tiempos se habló de sede de la agencia antifraude o de oficina parlamentaria para la futura televisión autonómica, lo cierto es que la Mesa de la Cámara acordó en mayo de 2016 trasladar a la Conselleria de Hacienda que el inmueble no es necesario para el funcionamiento de la Cámara, por lo que podía pasar a adscribirse a la Conselleria de Hacienda. Sin embargo, el Consell, cuya situación financiera es más complicada que la de las Corts, prefiere que sea la cámara la que se haga cargo de la rehabilitación

El informe técnico dictaminó en su momento que el edificio se encuentra totalmente inutilizable y algunos de sus elementos presentan riesgo de desplome. "Hay un exceso de fisuras en muros y forjados y hay falsos techos en ruina", recogía el documento.