El ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, mostró ayer su «enorme sorpresa» ante la oposición del Govern de la Nau, formado por València en Comú, PSPV y Compromís, a la ampliación de la V-21 para el acceso norte a la ciudad, cuando durante la docena de visitas que ha realizado a la Comunitat nadie le ha puesto «ninguna pega» y reiteró que si no se ejecuta el proyecto aprobado la inversión se perdería porque no se puede destinar a un proyecto alternativo, sino que habría que comenzar de nuevo el procedimiento, lo que supondría «ir 10 años atrás».

La ampliación de esta autovía --con una intensidad media de 86.000 vehículos, «al borde del colapso»- se comenzó a tramitar en 2007, hace diez años, y ahora «de repente» hay grupos que consideran que no hay que ejecutarla, después de que en la información pública del proyecto «nadie dijera nada».

El ministro recordó que este proyecto ha sido sometido a todos los trámites administrativos pertinentes, ha sido sometido a información pública y cuenta con una declaración de impacto ambiental favorable, e incluso el Ayuntamiento de València presentó enmiendas para que se llevara a cabo y Compromís presentó una enmienda a los Presupuestos Generales del Estado de 2017 pidiendo una partida para la ejecución de esta ampliación de V-21. «En política hay que ser serio y esto es del todo menos serio» declaró el ministro ayer en Valencia. De la Serna añadió que el proyecto sigue adelante y que la apertura de sobres para la adjudicación del proyecto, que estaba prevista para el día 30 de octubre, se ha retrasado y tendrá lugar finalmente el 13 de noviembre. «Con todo el respeto del mundo, vamos a abrir los sobres», avanzó el ministro, cuyo departamento sigue adelante con los trámites del proyecto y ha licitado el contrato de seguridad y control de las obras del tercer carril de la V-21.