La rehabilitación de la muralla islámica, con cargo al plan Confianza, es una de las inversiones más abultadas, con 2,2 millones de euros, previstas en el presupuesto municipal de 2018. El objetivo de la concejala de Cultura, Glòria Tello, es sacar a licitación el año próximo la redacción del proyecto de recuperación del tramo de la muralla y el torreón de la plaza del Ángel, una de las unidades del plan de la muralla del siglo XI del Carmen, pendiente desde 2006, situada entre la calle la Cruz y las plazas del Ángel y Navarros. El servicio de contratación, apuntó la concejala, tiene desde hace varios meses los pliegos técnicos y administrativos redactados por el servicio de Patrimonio Histórico, así como el informe arqueológico que la adjudicataria deberá tener en cuenta a la hora de redactar el proyecto de ejecución.

La edila de Cultura explicó que, de manera paralela a la licitación del proyecto, la Concejalía de Patrimonio, que dirige María Oliver, está negociando con los propietarios del suelo privado del ámbito. "No va a haber expropiaciones", insistió la concejala de Cultura, quien destacó que la intención del ayuntamiento es llegar a un acuerdo con los propietarios para poder desarrollar el sector.

Excavación arqueológica

El proyecto de la muralla islámica comprende una excavación arqueológica, donde se buscarán los restos del sistema defensivo de la muralla, en concreto, el foso; la posterior urbanización del entorno a modo de plaza ajardinada y la restauración del lienzo de la muralla así como la construcción de un centro de interpretación.

La rehabilitación de la muralla cuenta con un presupuesto global de 4,4 millones de euros fruto de la reprogramación el año pasado de los proyectos del Plan Confianza, en la que se revisaron inversiones previstas por el anterior gobierno municipal, para el Cabanyal en su mayor parte, por valor de 19 millones de euros para asignarlas a otros proyectos, como la compra del aparcamiento de Brujas y el plan de la muralla, cuya versión sin derribos y consensuada con los vecinos se aprobó hace ya más de una década tras eliminar las expropiaciones, cuyo coste se estimó en nueve millones, y los derribos.

La reprogramación permitió prorrogar la inversión de la Generalitat hasta 2019 y no perderla. Un riesgo que vuelve a estar presente porque en 2017 apenas se ha avanzado en el plan de la muralla.

El Govern de la Nau transfirió la gestión del plan de la muralla a Cultura en vez de a Urbanismo para potenciar el carácter de recuperación patrimonial del proyecto. El plan de la muralla islámica es un ambicioso proyecto que preveía recuperar 60 metros del monumento defensivo y varios torreones (algunos habitados) que se encuentran en el interior de los patios de manzana.

La primera versión del plan de la muralla que presentó la Conselleria de Infraestructuras en 2003 derribaba 300 casas y se topó con el rechazo vecinal. La versión definitiva, aprobada hace seis años, redujo a tres los derribos. La alcaldesa, Rita Barberá, ya incluyó la reurbanización de la muralla en el plan Confianza, si bien nunca llegó a ejecutarse.

Los trámites para la puesta en marcha del plan de la muralla son especialmente complicados porque, además de la tramitación del propio ayuntamiento, con servicios con importantes atascos como el de Contratación y Licencias, el proyecto debe recabar el visto bueno de la Dirección General de Patrimonio, al ser la muralla árabe un bien histórico protegido.