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Simple

Los 'souvenirs' más honestos

Muy cerca de la Lonja de la Seda se ubica Simple, un rincón que reivindica los productos de toda la vida y la autenticidad

Los 'souvenirs' más honestos

Las zapatillas de verano que llevábamos de pequeños, el jabón con el que lavaban nuestras madres, la cerámica de Manises, los chocolates clásicos de Torrent, los botijos de toda la vida y mucho más es lo que uno puede descubrir cuando se interna en la tienda Simple. Este coqueto rincón, ubicado en el barrio del Mercat, casi al lado de la Lonja de la Seda, surgió de una inquietud propia de su dueño, Javier Ferran. Él quería encontrar, en sus viajes, recuerdos y productos realmente auténticos y clásicos y no algo hecho de forma masiva en alguna gran fábrica de algún lejano país.

De este modo, esta necesidad propia la convirtió en un modelo de negocio para ser él quien ofreciera recuerdos y «souvenirs» hechos en España y que realmente dijeran algo del lugar del que se fabrican y se venden: «Nuestro lema es que te puedas llevar el regalo perfecto hecho por manos honestas», indica Ferrer.

De este modo, su tienda se ha ido nutriendo cada vez de más objetos y variedad y hoy es una especie de catálogo general de una gran cantidad de tradiciones valencianas y españolas. Su dueño critica la tendencia a cambiarlo todo y lanza una reflexión «si un diseño ya es perfecto, para qué cambiarlo». Y añade que su objetivo es, más bien, «tratar de recuperar y vender la esencia de los objetos».

Esta «esencia» se ve en las clásicas cajas de metal, en todo tipo de objetos hechos con esparto, en los coches clásicos y otros juguetes o incluso en los libros con ilustraciones de siempre.

Ferrer reconoce que cada vez tiene más clientes de fuera de España y que son ellos, precisamente, los que muchas veces valoran más la calidad y los productos auténticos. Incluso dice que por regiones, a los nórdicos les encanta la lana, o a los orientales, la cerámica, «pueden pasar mucho tiempo mirándola y seleccionándola». En cambio, hay gente que «entra, da la vuelta y se va y se nota que no tienen esa sensibilidad», lamenta un Ferrer que también vende sus productos a través de su página web. Lo clásico no está reñido con los nuevos tiempos.

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