"No hay motivos para la alarma, ni tampoco para estar preocupados; pero sí para estar atentos". Así se expresó ayer el alcalde de València, Joan Ribó, respecto a los niveles de contaminación detectados en la ciudad, en virtud del protocolo aprobado recientemente. "La realidad en València no acostumbra a ser peligrosa, pero si alguna vez lo es, nosotros lo diremos enseguida, como es nuestra obligación",aseguró.

Ribó recordó que hasta hace bien poco "no teníamos protocolo de actuación en la ciudad, y cuando teníamos situaciones de alarma nadie decía nada; pero ahora, cuando las condiciones que marquen los indicadores nos señalen que hay que preocuparse, alarmarse o simplemente estar atentos, lo vamos a comunicar a la ciudadanía".

El alcalde insistió en que las causas de este episodio no responden, como en otras grandes ciudades, al tráfico, que eleva los niveles de óxido de nitrógeno. En el caso de València, se suman unas condiciones atmosféricas de altas presiones (anticiclón), un incremento de partículas en suspensión PM10, causado por las actividades de quema de paja de arroz autorizada por la Generalitat Valenciana. Y además, en la estación Pista de la Silla hay una contribución adicional de partículas en suspensión procedentes de las obras del Parque Central.

"El aire en la ciudad de València no es preocupante, pero en algún momento lo podría ser», advirtió el alcalde, como en este caso en el que la situación de anticiclón y la falta de lluvias impiden la dispersión de las partículas. «Lo vamos a decir porque va en ello la salud de muchas personas", recordó Joan Ribó.