La llegada del frío a València está haciendo que los ciudadanos enciendan sus calefacciones, especialmente aquellas más económicas para el bolsillo. En esta situación, el consumo del gas butano, uno de los combustibles más habituales en los aparatos domésticos, se ha disparado hasta agotar las existencias de las gasolineras valencianas. Y es que los que más están notando este aumento de la demanda de bombonas están siendo las estaciones de servicio, que ven cómo sus reservas, repuestas más de una vez al día, desaparecen en algunos casos hasta en solo dos horas. El fin de semana pasado, el más frío en lo que llevamos de otoño, solo ha servido para acrecentar esta situación.

Como reflejó, Estrella Sáez, trabajadora de una estación BP en la ciudad de València que cuenta con más de 50 botellas, dice que este fin de semana «se ha vendido más de lo habitual». «El frío se ha notado porque no nos ha quedado nada. Tenemos 57, pero si tuviéramos 80 también las hubiéramos vendido», expresó la empleada.

Asimismo, Saéz recalcó que el lunes, uno de los días más fríos de 2017, también se notó un aumento en las ventas de botellas de gas butano en esta estación de servicio. «Se terminó todo por la mañana. A la una solo nos quedaban quince botellas», afirmó la empleada.

Situación similar se vivió en una de las estaciones de la compañía Galp, donde sus responsables calificaron como «caos» la situación que se experimenta «año a año» en las gasolineras «con la llegada de la primera ola de frío». Esta estación, que cuenta con 60 bombonas, vio el pasado domingo como sus reservas «volaron». «No nos quedaban ya a las dos y media», enfatizaron sus responsables.

Del mismo modo, en otra de las estaciones de servicio valencianas, perteneciente a la multinacional Repsol, que se acaben las 40 botellas que poseen es la tónica habitual de cada fin de semana. «La gente viene mucho más el fin de semana. Las botellas duran dos horas», dijeron sus responsables.

Pese a que el frío ha incrementado la demanda, para los trabajadores encargados de la estación Repsol, la venta de butano en la gasolinera es hoy en día una constante. «Las botellas que hay aquí son para emergencias, pero la gente sigue viniendo. Deberían seguir usando el servicio normal, no acudir siempre a las gasolineras», destacaron los responsables.

Por su parte, Vicente Inglada, secretario de la Unión de Consumidores, destacó que estos incrementos se producen porque los consumidores «están trabajando a las horas de reparto», por lo que optan por «ir a comprarlas cuando pueden a las gasolineras».