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Basílica

El templo de los 350 años

Fue construido en 1667 bajo la orden de Felipe IV, sorprendido por el culto en València hacia la Virgen de los inocentes y desamparados

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La Basílica de la Virgen de los Desamparados, el templo de los 350 años

En uno de los lugares más santos según la tradición católica hay una fuerte presencia valenciana. En la Basílica de la Anunciación, en la ciudad de Nazaret, se rinde culto al momento en que a María se le apareció el Ángel Gabriel. Allí, en un pórtico exterior, se rinde tributo a las vírgenes mundiales más relevantes en los distintos países. España está representada por cuatro: la del Pilar, la de la Candelaria, la de Guadalupe, y la Virgen de los Desamparados.

Un reconocimiento internacional que asume que la 'Geperudeta' es una figura de culto en la sociedad valenciana. Este mes la Basílica que lleva su nombre cumplirá 350 años. Un templo que mantiene intacta la fe de los valencianos por su patrona.

Lo cierto es que 350 años dan para tejer una historia abarrotada de anécdotas y tradiciones que no siempre son conocidas, y la construcción de esta basílica comenzó con un recuerdo de su vida anterior: en la fachada principal que da la plaza, cinco lápidas romanas decoran la pared. Un detalle que resalta la sensibilidad de aquellas personas al mando de la obra que quisieron poner en relieve la historia que yacía en el terreno.

La iniciativa de su construcción fue de Felipe IV, pero la inauguración fue con Carlos II. Fue impulsada debido a la continua peregrinación que había a la capilla donde fue instalada en la catedral, entre dos de los contrafuertes que rodean el ábside y que se utilizaban como capillas exteriores. Ahora están tapiados por la ampliación que se hizo, pero está localizado el lugar donde estaba expuesta debido a los escudos de la Real Cofradía de Nostra Santa Maria des Inocennts, primeros guardianes de la imagen.

El adiós de los abandonados

Pero hasta que la Virgen llegó al centro neurálgico de la ciudad, tuvo una extensa trayectoria. Primero la tenían los clavarios, que la utilizaban para los ritos funerarios de los «desamparados», entendidos como condenados a muerte, malhechores, marinos y cualquier persona que muriera sola. La imagen que se venera en la actualidad data del siglo XV y aún mantiene la forma plana en su parte trasera para posarla sobre los sudarios de los fallecidos.

En su imagen original, la virgen llevaba un ramillete de azucenas -las flores de la pureza- y, en el otro brazo, una cruz, un elemento poco común en las representaciones de las vírgenes, tal y como apunta Jaime Sancho, rector de la Basílica de los Desamparados y el prior de la Archicofradía.

Del origen de la imagen, Sancho remite a la leyenda popular que cuenta que unos peregrinos llegaron a la ciudad buscando hospedaje para realizar la escultura. Al día siguiente, cuando abrieron la puerta de la habitación, los peregrinos habían desaparecido y solo estaba la imagen que habían realizado. Este hecho se vinculó con los ángeles como artífices de la Virgen de los Desamparados.

Esta leyenda está registrada en las grandes puertas de bronce de la Basílica que dan a la Catedral, que Sancho explica con emoción. Tras la utilización durante años como último adiós a los desamparados, la Virgen fue trasladada a la capilla de El Capitulet, en el Hospital, para más tarde disponerla ya en la Catedral. Fue aquí cuando cambiaron su postura original -tumbada- y la enderezaron para ponerla de pie y ser venerada, y la nueva postura se reveló como "jorobada" al estar diseñada para reposar sobre una almohada.

Además, "cuando la plantaron, le quitaron la cruz y le pusieron al niño, y a este le hicieron aguantar la cruz", explica el Rector.

Cuando el Rey Felipe IV visitó València recayó en la cantidad de personas que veneraba la imagen de la Virgen de los Desamparados en la estructura trasera de la Catedral, por lo que dispuso crear un templo solo para su culto.

Una basílica para cada época

"La capilla que se inauguró hace ahora 35o años no es la misma. Mantiene la planta, pero el estilo ha cambiado tantas veces como lo ha hecho la época", afirma Sancho. Lo que ha pervivido es el silencio y respeto que se siente en este lugar, levantado por el arquitecto Diego Martínez Ponce de Urrana.

La planta principal no ha sufrido modificaciones, y se construyó con la idea de ser "un patio interior" donde congregar a los fieles que se acercan a rezar, rodeados por balcones que ahora albergan el Museo de la Virgen de los Desamparados. Fue erigida con el estilo tardorrenacentista, con cuatro puertas que le dan el carácter de lugar de peregrinación.

La cúpula que cubre la basílica fue construida con el estilo barroco, pero el pintor Antonio Palomino diseñó un fresco para decorarla. Para ello, se construyó una falsa cúpula lisa donde el pintor pudiera llevar a cabo su obra. La segunda gran transformación fue en el siglo XIX, cuando se construyó el camarín con el estilo señorial que se conoce en la actualidad.

Desde aquí, la perspectiva trasera de la Virgen impacta tanto o más que por delante. Según indica Sancho, era un lugar tradicional donde se oficiaban bodas, cuando no asistían tantos invitados. "Mi madre se casó aquí, a las ocho de la mañana", sonríe. La figura de la Virgen gira 180º gracias a un mecanismo en su base. De esta forma, la 'Geperudeta' puede presidir grandes misas en la basílica o pequeños ritos en el camarín. Además, Sancho advierte de que a los lados hay dos puertas entre las majestuosas columnas con unas escaleras para acceder al altar y realizar el besamanos desde allí mismo.

Para las procesiones y visitas a los pueblos, tienen a 'la Peregrina', hecha por Octavio Vicent, y viaja hasta ellos con el 'mare móvil', un camión con la caja acristalada que se destapa cuando llega a las localidades. Como el 'papa móvil'», pero para la patrona valenciana.

Ésta, la del altar, es de una delicadeza extrema, hueca por dentro, solo con relieve por delante, hecha con trapo y yeso. Data de 1.400. "Poco a poco la han ido reformando, haciéndola más fuerte, pero aún así nada se apoya en ella. El manto, la corona... nada descansa sobre la Virgen por su fragilidad", apunta Sancho.

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