El Ayuntamiento de València, junto a las Fuerzas de Seguridad del Estado, han montado un dispositivo de seguridad para Nochevieja que blindará literalmente la fiesta de la Plaza del Ayuntamiento, donde se espera que se citen hasta 50.000 personas para comerse las uvas. Tanto es así que ayer el alcalde de València, Joan Ribó, y los concejales de Seguridad Ciudadana y Fiestas, Anaïs Menguzzato y Pere Fuset respectivamente, pidieron a la población que acuda con tiempo, ya que los rigurosos controles no se relajarán porque alguien llegue tarde a la plaza.

En la Junta de Seguridad celebrada ayer para concretar el dispositivo de seguridad de Nochevieja y Reyes, se decidió que la plaza del Ayuntamiento estará completamente vallada, con tres únicos accesos situados en Marqués de Sotelo, calle Las Barcas y San Vicente-María Cristina. También habrá tres únicos puntos de salida, que no coincidirán con las entradas y que serán comunicados a los asistentes durante la celebración.

En los puntos de entrada se realizarán controles a todas las personas y requisarán todos los botes y botellas de vidrio, algo similar a lo que se hace en los campos de fútbol. Para ello se han dispuesto unos contenedores donde arrojar el vidrio y se facilitarán envases de plástico para aprovechar la bebida.

También se incrementará el dispositivo policial respecto a celebraciones anteriores. Según Anaïs Menguzzato, la Policía Local de València incrementará el número de agentes en 39. En total se desplegará 170 agentes en toda la ciudad, de los cuales 75 prestarán servicio en la Plaza del Ayuntamiento. El resto se repartirán por las zonas más concurridas esas noche, entre ellas algunos barrios, como Patraix, que también celebran sus propias campanadas.

Ante la complejidad del dispositivo y sobre todo pensando en los controles policiales a la entrada de la Plaza del Ayuntamiento, tanto Ribó como Fuset pidieron a la población que acudan al menos con veinte minutos de antelación. «Los controles los vamos a seguir haciendo aunque se quede gente fuera del recinto cuando lleguen las 12», advirtió el alcalde, que considera «imprescindible garantizar la seguridad».

Terrorismo y alcohol

Y es que además de la organización del evento, las Fuerzas de Seguridad tienen que atender e incluso superar las recomendaciones dadas por el Ministerio del Interior acerca de la alerta antiterrorista.

En cualquier caso, Fuset recordó que la fiesta comienza a las 10.45 de la noche y acaba a la 1.45 de la madrugada, por lo que esa petición de acudir con antelación afecta a las campanadas, no a la fiesta que comienza más de una hora antes.

También explicó que durante la fiesta se recordarán por megafonía todas las medidas de seguridad y se proyectarán con luces los espacios para ambulancias, emergencias o espacios para personas con movilidad reducida.

En total, el consistorio espera que pasen por la plaza del Ayuntamiento alrededor de 50.000 personas.

Por lo que se refiere al resto de la ciudad, Joan Ribó quiso advertir también que se van a realizar «muchos» controles de alcoholemia. «Beber e ir en coche tienen que ser dos cosas incompatibles», dijo el alcalde.

«Estamos en todo por encima de la seguridad exigida. Esto que estamos haciendo nosotros será seguramente lo que se exigirá en el futuro para todos los festivales», precisó Fuset.