«Hay que poner mañana sin falta un cartel para la entrada y otro para la salida». Dicho de otra forma, marcarse un «Carmena», pero no para el tránsito en las calles del centro histórico, sino para el pasillo el que permite entrar en el interior del árbol de Navidad de la plaza del Ayuntamiento.

Será la forma de evitar los embotellamientos porque ésta es la gran novedad de la decoración navideña de este año y que está llamada a ser un éxito que hay que saber gestionar. La creación de la firma valenciana Just es transitable y una vez dentro, el selfi es extraordinariamente vistoso.

Con lo que ayer tuvo más o menos un pase, porque era lunes, pero cuando la plaza empiece a llenarse, algo que será imparable conforme pasen los días, se hace necesario domar este flujo humano. Así se advirtió desde el primer minuto en el que, una vez accionado el sistema, el árbol quedó inaugurado por las falleras mayores de València y el alcalde de la ciudad.

Con este encendido, el de la fachada municipal, el de los báculos que rodean la plaza y los árboles y adornos de los barrios, así como la inauguración del belén del Salón de Cristal, sigue completándose el mapa previo de los festejos navideños.

El equipo de gobierno insiste en el concepto de descentralización y en el de pensar en la Navidad como una apuesta «por lo mucho que podemos ofrecer: los belenes repartidos por toda la ciudad, los árboles, tradiciones como la belenística, la fiesta de Fin de Año, Expojove, los actos paralelos que vamos a ir presentando, la Cabalgata de Reyes... si lo unimos al clima que hace aquí y al esfuerzo de varias concejalías podemos asegurar que tenemos una oferta de Navidad para atraer al ciudadano y al visitante» aseguró el concejal de Cultura Festiva, Pere Fuset.

Joan Ribó se refirió a la Navidad reconociéndola como «una aportación de la religión cristiana fundamentalmente. Y hay que celebrarla de forma amplia, con normalidad y respetando el concepto. Pero también es un espacio comercial, un reclamo para los establecimientos del centro y para los de los barrios, porque València no es sólo la plaza del Ayuntamiento. Y si añadimos el componente sentimental de estas fechas, todos nos sentiremos más felices».

Críticas de la oposición

No a todos le satisface la puesta en escena. Ayer, el Partido Popular mostró su rechazo al proyecto de iluminación, que tildaron de insuficiente («es la Plaza del Apagón» aseguró el edil Félix Crespo) y enumeró, pliegos técnicos en la mano, lo que tildó de «recortes en número de elementos, metros de altura y metros lineales de las distintas infraestructuras decorativas y luminosas».

Fuset contraatacó diciendo que «ahora dedicamos a más cosas diferentes, muchas más actividades y en todos los barrios. Antes, aquí, la Navidad era un desierto».

También se inauguró el belén artesanal del Salón de Cristal, una obra en la que han participado 17 escultores bajo la dirección de Miguel Puchalt y por Gonzalo Mateu, miembros de la Asociación de Belenistas de València con 300 figuras, 250 animales y más de 400 complementos artesanales.