La actividad de la Condesa de Ripalda en este mundo, daría para tres vidas. Ya adelantamos que nació en Cullera (València) el 28 de enero de 1825, su padre Roque Paulín Quijano era de La Habana (Cuba) de padre sevillano y madre cubana, nacido de las segundas nupcias de ambos.
Su abuelo Manuel Paulín de la Barrera fue un comerciante muy conocido y reconocido en Sevilla, hijo del juez diputado del consulado de Cargadores a Indias en 1748, ambos eran hermanos de la cofradía de Pasión del Salvador y muy generosos con la Iglesia, tanto es así que en ella tienen cada uno una lápida, en el suelo, de reconocimiento a su apoyo. Casó en primeras nupcias con Gabriela Moreno Martin y tuvo al menos cuatro hijos con ella. En cuanto a su abuela Gertrudis Quijano Tinoco nació en La Habana y casada con un capitán de Granaderos del Regimiento Lisboa llamado Antonio Cruells, quedó viuda muy joven. Pronto se debieron casar los padres de Roque, su hija Mª Jesús nació en 1781 y Roque, padre de nuestra Condesa en 1785, al menos tuvieron dos hijos más, Teresa y Manuel.
Roque llegó a España con su carrera militar y se estableció en València. En 1811 se casó con una valenciana llamada Luciana Perea Sulroca, aunque el padre cambió su apellido por Borrás. De este primer matrimonio Roque no tuvo descendencia y cuando enviudó volvió a casarse con una mujer de Cullera (València) llamada Mariana de la Peña Sánchez. Corría el año 1823 y tuvieron tres hijas, Josefa Inés, Isidra y Ana María.
Las niñas tuvieron buena formación, educación y se codearon con lo más selecto de la alta sociedad. En aquellos años el fin de las señoritas era hacer una buena boda y todas ellas lo lograron. En concreto nuestra Condesa se casó dos veces. Isidra contrajo matrimonio en 1850 con Santiago Dupuy de Lome Guillemain, tuvo muchos hijos y falleció joven en 1864 cuando su esposo era Gobernador de Sevilla. Está enterrada en València en el panteón de los Dupuy de Lome, trasladada desde Sevilla, junto con su esposo. Ana María se casó en 1861 con el viudo de Josefa Palavicino Valles, Don Pascual de Frigola Ahis, Barón de Cortes de Pallás y Rualla, unos veinte años mayor que ella y con dos hijos. Esta hermana de nuestra Condesa se dedicó a las letras, a la cultura y a actos benéficos, estableciendo en su propia casa de Madrid sede para las tertulias de los círculos culturales. Al mudarse a València continuó con la misma labor. En 1880 fue reina de los Juegos Florales de Lo Rat Penat teniendo como mantenedor al poeta Félix Pizcueta y en 1888 fue nombrada Presidenta de la Junta de Escuelas Levantinas.
Empezó a escribir libros muy tarde bajo el pseudónimo María de la Peña en un guiño a su madre, la mayoría de ellos de temas religiosos como «Los pensamientos de Santa Teresa» encargado directamente por la Reina Mª Cristina en 1882, así mismo hacía traducciones del italiano y versiones escolares de algunos libros. Ana María murió el 10 de julio de 1894 y junto a su esposo, que falleció un año antes, está enterrada en València en el panteón de los Vizcondes del Castillo de Genovés, primos del marido.
Pero centrémonos en Josefa Inés. Antes de cumplir 16 años se casó el 4 de noviembre de 1840 con D. Antonio María Romrée Cebrián, nacido en València el año 1807, hijo del Conde Carlos Romrée D'Auxy, un militar de las Guardias Walonas nacido en 1760 (Namur Belgica), que ya retirado intervino gloriosamente en el sitio de Zaragoza y una valenciana hija de un coronel llamada Antonia Cebrián Enriquez. No era el primer matrimonio de Romrée, que llegó a general de granaderos de la Guardia Real Española, Mayordomo de semana de la Reina Isabel II y Contador del Tribunal Mayor de Cuentas de La Habana (Cuba), recientemente había enviudado de su primera esposa, una italiana de alta estirpe llamada Antonia Damiani Omblin, aun siendo diecinueve años mayor que Josefa, se casó con ella y tuvieron cinco hijos en los quince años que duró su unión, pues en 1855 Romrée marchó a La Habana y allí falleció.
Los hijos habidos en este matrimonio son Carlos (1841-1919), Clotilde (1843-1901), Antonio (1846-1894), Enrique (1857-) y Josefina (1853-1904).
Antes de partir hacia La Habana el Conde, los Romrée se fotografiaron en el estudio de Dísderi en París casi recién establecido en el Boulevar des Italiens. Este afamado fotógrafo se dedicaba a hacer daguerrotipos, pero en 1854 inventó el retrato tarjeta de visita positivando en una sola hoja 8 o 10 fotografías que después recortaba. Son las únicas fotos conocidas de la Condesa, hasta ahora nadie sabía cómo era y por lo tanto no podían reconocerla en ninguna imagen. A los dos años de enviudar, el 14 de marzo de 1857, se casa con José Joaquín Agulló Ramón, Conde de Ripalda y Marqués de Campo Salinas, pariente de su anterior marido y padrino de su hijo Enrique.
El Conde de Ripalda también es mucho mayor que ella, nacido en València y bautizado en San Martín el 19 de agosto de 1810, le llevaba 15 años, era maduro, 47 años, soltero y sin hijos. Era un hombre polifacético, con muchísimas propiedades y especial amor al campo. En 1864 se le nombra Senador Vitalicio, también ese año funda junto a Nicasio Landa la Cruz Roja Española. En 1865 fue nombrado Ministro de Agricultura, Industria y Comercio y presidió la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos de València. Así mismo fue el que introdujo en España el año1845 desde el sur de Italia y con la colaboración de la Real Sociedad de Amigos del País, a la que pertenecía activamente, unos injertos de cítricos para ver si se aclimataban al levante español. El biólogo Polo Bernabé diez años más tarde obtendría el mandarino común. De este segundo matrimonio Josefa tuvo tres hijas: Isabel (1859-1870), Mª Dolores (1866-1942) y María, que falleció en 1867 al poco de nacer. Mª Dolores fue la heredera universal del Conde de Ripalda y Marqués de Campo Salinas, uniendo a estos títulos el de baronesa de Tamarit.
