El puente que une la Catedral de València con el Palacio Arzobispal no se abrirá al público hasta dentro de -como mínimo- dos meses. Así lo confirmó ayer Jaime Sancho, rector de la Basílica de los Desamparados, quien aseguró que la restauración «se ha complicado». Lo que en un principio parecía una obra superficial que arreglaría el interior y exterior del arco, sus dos fachadas, la bóveda y la cubierta, se demorará por los problemas que han encontrado en el tejado, más dañado de lo que parecía. Además, se trata de «una restauración conservadora», como apuntó Sancho, que respetará el diseño y material de la original, lo que ralentiza los trabajos. El puente, que servía al arzobispo para cruzar al templo, se podrá visitar desde el Museo.