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Condesa de Ripalda | Una vida de novela

Quién le iba a decir al molinero

Los terrenos del palacio de Ripalda fueron, en un principio, un campo de naranjos regado por un ramal de la acequia de Mestalla. allí hubo un molino que heredó el conde de Ripalda de un familiar lejano. Y su viuda, la condesa, levantaría la torre

Quién le iba a decir al molinero

Una de las incógnitas o errores que surgen alrededor del Palacio Ripalda es cómo llegó a la hija de la Condesa el solar en el que se edificó el mismo. En algunas ocasiones nos encontramos con referencias a él como el palacio de la Alameda, el palacio del Pla del Real y en ocasiones como el palacio del Molino de Borrull. Efectivamente, antes de construirse el Palacio Ripalda, el solar pertenecía a este molino y a Borrull.

¿Quien era Francisco Xavier Borrull i Vilanova? ¿Un simple molinero? Interesándonos por el tema hicimos grandes descubrimientos. Borrull era nieto de Pedro José Borrull que fue catedrático de Código e Instituía de la Universidad de Valencia entre 1669 y 1685, muere en 1708 y «su esposa, María Bernarda Ramón, presentó un memorial solicitando al monarca una limosna por haber quedado en la mayor pobreza y con siete hijos a su cargo, aduciendo los servicios prestados por su marido y las penalidades de su exilio. Se le concedieron 300 ducados anuales sobre las rentas reales de Valencia.

Tuvo problemas para hacer efectiva esa ayuda, y la Cámara de Castilla, en consulta de 12 de febrero de 1710, consideraba muy escaso ese auxilio «por lo que sólo corresponde a poco más de real al día a cada persona, cantidad tan módica que no alcanzará para su preciso sustento», y recordaba «los especiales méritos y servicios» de su marido. Pero los hermanos Borrull se reponen de sus calamidades y con la ayuda de Gregorio Mayans ocupan puestos en diversas cátedras valencianas.

Uno de ellos, Vicente Borrull Ramón, es el padre de nuestro supuesto molinero.

Francisco Xavier Borrull i Vilanova nació en Valencia el 3 de Diciembre de 1745 y falleció en 1837. Fue abogado y se dedicó a la política, fue diputado en las Cortes de Cádiz, defensor de la Inquisición y acabó sus días como archivero del Reino. No tuvo hijos y acumuló una gran riqueza, tanto en tierras como en metálico de modo que repartió su herencia entre la iglesia, los Jesuitas, la familia y el hospital de los locos que administraría, además, sus inmuebles, pues Borrull quiso que se repartieran a los cuarenta años de su muerte; o sea, en 1877. Con respecto al molino del Llano del Real dice en su testamento fechado en 1837 poco antes de su muerte:

«Al cumplirse dichos cuarenta años, el albacea, dando cuenta a los que han de tomar las del albacenazgo, entregará por medio de escritura al sucesor del vínculo de la Casa de RAMON que posee actualmente mi sobrino el Conde de Ripalda, la casa molino y heredad del Llano del Real con el patronato de la capilla de S.Vicente Ferrer del crucero de la Catedral, encargándole ha de celebrar algunos sufragios por mi alma y la de los mios, como también de los de dicha casa de RAMON de quienes salieran dichos bienes para la mia.»

De modo que el molino de Borrull llega al Conde de Ripalda, al que llama sobrino, por herencia del vínculo de la Casa de Ramón; es decir por parte materna de Jose J. Agulló Ramón conde de Ripalda.

Nos hemos remontado seis generaciones para localizar el parentesco que les unia y ahí hemos encontrado que descienden ambos de José R. Navarro de Gasque y su esposa Ignacia Gargallo Sevilla (1633) cada uno de una rama, José Agulló del hijo llamado Juan Bautista y Francisco Xavier Borrull de la hermana llamada Bernarda.

El Conde de Ripalda fallece en 1876 sin haber transcurrido el tiempo marcado por Borrull para heredar el molino y así podemos entender sus palabras en el testamento que hace Ripalda ante el Consul de España en París el 23 de Junio de 1874 tan solo dos años antes de fallecer.

«Igualmente declara que su citada hija Maria de los Dolores Agulló y Paulín es heredera del vínculo de RAMON y como tal tiene derecho al legado que a favor del poseedor de este vínculo hizo en su testamento el Illtre. Señor Don Francisco Borrull oidor de la Audiencia de Valencia, cuyo legado que consiste en un molino llamado de Borrull y unas tierras contiguas, debe entregarse dentro de cuatro o cinco años»

La primera referencia del molino las encontramos el siglo XIII en el Llibre del Repartiment, en él se registran meticulosamente las donaciones de casas o terrenos hechas por el rey Jaime I a todos los que participaron en la conquista de Valencia y así en 1240 y en el folio 34 se nos dice?

«A Guillemon, Scrivá, un casal de molins amb totes les seues moles, contigu al nostre real: la meitat per al Rei, amb les cases situades devant del casal; i un hort de dues fanecades».

De esta manera sabemos que Guillemon Escrivá fue el primer propietario conocido del molino, de él sabemos que era notario de Barcelona en 1230 y escribano de la cancillería a las órdenes de Rey entre los años 1237 y 1247 año en que falleció. La siguiente referencia la encontramos en el siglo XV, El Rey Fernando II en 1479 confirma una gracia por la cual concede a Pere Saposa el uso del ramal de la acequia de Mestalla que riega y pasa por «els taronjers del Reial» y por sus tierras, para que pueda hacer uso de ella en riego, casa y corriente a un molino de su propiedad como venía haciendo, ya que a nadie más podría servir, en esta época el molino es conocido como el molino de Saposa. Pere Saposa perteneció al Consejo Municipal «dels drapers».

Alimentado por el brazo derecho de la Acequia de Mestalla llamada de Algiros y que pasaba por debajo del Palacio Real, se formó para abastecer a este molino. La superficie que ocupaba el molino y sus tierras, pasan a ser de la heredera del conde de Ripalda, Mª Dolores Agulló Paulín en 1879 a la partición de la herencia de su padre, aun cuando ella solo contaba con trece años de edad, siendo su madre, la Condesa, la que ejercía su tutela y Francisco Ramón Romeu el administrador.

Cumplidos los dieciseis años de la auténtica dueña, en 1882 el molino está «destruido» según se determina en la hijuela de distribución de los bienes de su padre y se plantean construir un palacete con un diseño peculiar, a mitad camino entre un chateau francés y el Faulk les Tombes Castle en Namur, Belgica, de donde era oriundo su primer esposo el conde Romrée. En 1882, tenemos noticia de que se está comenzando una construcción en los terrenos de la Condesa Viuda de Ripalda, ya que estando anexa la Granja Modelo, denuncian que las ventanas de dicha construcción, deben cegarse para no ocasionar molestias a la misma.

El Palacete en 1885 estaba finalizado. En 1889 la Condesa, aprovechando que el ayuntamiento quiere urbanizar la zona y abrir una calle recta de 30 m, saliendo de la fuente de las cuatro estaciones que pasaría por parte de la propiedad de Ripalda restándole 65.190 palmos cuadrados, consigue permutarlos al ayuntamiento por los restos de la alineación de la misma recayentes a la replaza de la bajada del Puente del Real, 19.950 palmos cuadrados más 11.029 pertenecientes a la Diputación, donde estaba la Granja Modelo, sin los cuales no cedería su terreno. El palmo valenciano se deduce de la "corda de soguejar" que tenía 45 alnes o varas valencianas, cada una de las cuales mide 4 palmos, de 0,05 m2 unos 0,2265 m. Una vez escriturada la permuta, no es hasta 1891 en que se marcan los lindes del jardín del Palacete y finalmente en 1895 se levanta la valla.

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