La segunda «propiedad» más conocida de la Condesa de Ripalda después del palacio del Real, es la primera galería comercial de Valencia, el conocido como Pasaje Ripalda. Entrecomillamos la palabra propiedad, ya que como hemos comentado en varias ocasiones las propiedades de José Agulló Ramón, Conde Ripalda fueron heredadas por su hija Dolores Agulló Paulin al morir este, según consta en hijuela de fecha 11 de febrero de 1882 donde se realiza la división de los bienes de su padre por parte del administrador de la familia don Francisco Ramón, pero al ser Dolores menor de edad, la gestión de las propiedades corren a cargo de su madre.
Construido por Joaquín María Arnau Miramón por orden de la Viuda del Conde Ripalda, nuestra condesa, serviría para conectar la Plaza de la Pelota con la Plaza de Cajeros. El proyecto es presentado en el ayuntamiento el 26 de agosto de 1889 y aprobado el 13 de Septiembre por el alcalde de Valencia, retrasándose la finalización de las obras hasta 1892 dado que la envergadura de estas fueron muy importantes aunque en el título del proyecto se solicitaba únicamente la construcción del pasaje entre los edificios número 4 de la Plaza de la Pelota y los edificios 2 y 3 de la Plaza de Cajeros, en su interior se solicitaba también el derribo de las fachadas a ambas calles, este detalle ha generado la confusión en muchos textos donde se da la autoría de la construcción total del edificio a Joaquín María Arnau y la datación de esta construcción en 1889, podemos encontrar antes de esta construcción solicitudes en el Ayuntamiento para reformar la casa número 4 de la Plaza de la Pelota en 1880, la solicitud en 1881 para reformar la fachada de esta misma finca o también la solicitud en 1888 para enlucir las molduras de las casas de la Plaza Cajeros 2 y 3 todas ellas pertenecientes a la manzana 8 de nuestra ciudad y en propiedad de la Condesa.
Casi tres años después del inicio de su construcción, el 1 de mayo de 1892 el agente de distrito Gerardo Roig presenta una diligencia en Ayuntamiento contra el arquitecto por invadir las columnas recayentes en la fachada de la plaza de Cajeros la vía pública más de lo indicado en el proyecto, por lo que se le insta a pagar la diferencia, el litigio se alarga hasta abril de 1904 donde el Ayuntamiento abandona la intención de cobrar la diferencia al escuchar las alegaciones presentadas por la condesa donde argumentaba que el valor dado a la zona era mucho mayor que el importe solicitado por el consistorio.
El pasaje era particular en cuanto a la propiedad y público en cuanto al uso, su anchura era de 4 metros. Para dar más importancia a las fachadas se proyectó construir unas columnas que según su arquitecto equipararían el edificio a otros edificios similares españoles o europeos, de claro ejemplo de arquitectura beaux-artiana en la que se combinan los órdenes clásicos, las columnas corintias ya comentadas, pilastras dóricas y arcos de medio punto, con las nuevas tecnologías de entonces, como eran la cubierta de hierro y cristal.
De influencias francesas e italianas, reproduce de una forma modesta galerías comerciales europeas como la de Vittorio Enmanuele en Milán o la de Humberto I en Nápoles y de forma muy similar los pasajes españoles tales como el Pasaje Ciclón en Zaragoza (1883) construido por el arquitecto Fernando de Yarza y al pasaje Gutiérrez de Valladolid (1886) del arquitecto Jerónimo Ortiz de Urbina. Como anécdota comentar que la puerta de cierre del pasaje en origen era de hierro forjado de dos hojas y se cerraba un día al año para no perder su carácter de propiedad particular.
En 1946, la fachada del pasaje sufre una severa remodelación por parte del arquitecto José Luis de Testor en nombre de los propietarios en aquel entonces, María Romree y Palacios, Leonor Romree y Palacios y Lope de le Motheux-Bourbaki Romree, ellas nietas de nuestra Condesa y él biznieto. Se eliminaron los excesos en la decoración, se añadieron horribles miradores y lo más importante se elevó en una altura el edificio haciendo desaparecer los detalles que culminaban el edificio.
Aparte de las dos propiedades que ya conocemos, el Palacio del Real y el Pasaje, la nueva Condesa de Ripalda hereda más propiedades en Valencia, una alquería en la Partida de santo Tomás que constaba de tres casas, un campo de 41 hanegadas en las misma partida junto a otro de 24, la conocida como alquería de Torres en la partida de san Miguel de Soternes, una hacienda en la misma partida, el Molino de san Pablo junto con 24 hanegadas, un campo de 1 hanegada en Quart de Poblet y 3 hanegadas en Alfafar.
En Orihuela (Alicante) de donde es oriundo su Marquesado de Campo Salinas, hereda una casa en la Calle mayor, la heredad Las Palmeras con 17 hectáreas de huerta, la heredad La Cenia con 74 hectáreas de huerto, la heredad La Moquita y 14 hectáreas de huerta, la heredad Vereda de la Buena Vida y 6 hectareas, la heredad La Pared con una hectárea de huerta, la heredad de La Cruz de Yierro y 14 hectareas, la heredad Cavecicos Verdes y 2 hectareas de olivos.
Una granja en Rocamora (Alicante) en la partida de la Judia, en Abanilla (Murcia) una hacienda denominada Casa Vitior junto a 238 hanegadas de viñas, olivos, almendros e higueras. En Játiva (Valencia) hereda un edificio en la calle Moncada así como una casa en la plazuela de Enriquez, diversos campos, huertos y arrozales en más de un centenar de hanegadas. En Villanueva de Castellón un campo de 6 hanegadas, en Vall de Uxó casa palacio en la plaza de la asunción y diversos campos, en Almoradí la Heredad del Capitán.
En Cádiz, una casa en la calle Alameda de Apodaca de tres alturas, en Murillo (Navarra) una casa denominada de San Luis y otra con el nombre de Correo, una casa en Javerry llamada Ripalda, un cazal en Huarte y tierras para cereales en Pamplona, Murillo, Javerry y Azcaray.
