Ante el avance del ejército adversario sobre Madrid, el Consejo de Ministros decidió trasladar a Valencia toda la infraestructura del Estado, y de esta forma se convirtió entre noviembre de 1936 y octubre de 1937 en capital de la República. Hubo que habilitar muchos locales para la instalación de la Presidencia y la de todos los ministerios, así como subsecretarías, direcciones generales, Estado Mayor, Tribunal Supremo y demás instituciones del Estado, para lo que se decidió reconvertir o incautar algunos edificios privados.
Son bien conocidos algunos de los palacios que sirvieron como sedes oficiales; Presidencia del Gobierno en el palacio de Benicarló, Ministerio del Estado en el palacio de Caro, Ministerio de Justicia en el palacio de Malferit, Ministerio de Marina y Aire en el palacio Galindo, Ministerio de Hacienda y Economía en el Palacio de Moroder, Ministerio de la Gobernación en el palacio del Barón de Llaurí, Ministerio de Sanidad en el palacio de Berbedel y después en la Casa de los Montenegro, Ministerio de Agricultura en el palacio de Trénor y el Ministerio de Comercio en el palacio de Ripalda.
Aún en Madrid, el 4 de noviembre, se producía una remodelación ministerial en el que se divide la cartera de Industria y Comercio y es designado el cenetista Juan López Sánchez como titular del Ministerio de Comercio. A su llegada a Valencia, el 7 de noviembre, había que establecer un emplazamiento para desarrollar su tarea, y se decide instalar inicialmente en las oficinas de la Cámara Oficial de Comercio situadas en la calle del pintor Sorolla 24. Mientras tanto se procede a remodelar un edificio con mayor capacidad para albergar todos los servicios del ministerio y se decide hacerlo en el palacio de Ripalda que había sido incautado.
De esta forma, tan solo una semana después de su llegada, el ministro ya comparece en el palacio aún cuando se está finalizando los trabajos de organización de los distintos departamentos, que es definitivamente operativo el 17 de noviembre.
No debió representar una estancia agradable para Juan López, pues según sus palabras, hubo muchos obstáculos desde el propio gobierno para poder desarrollar su criterio de implantar un comercio controlado por el Estado, anulando la supervivencia del método de la competencia.
Durante seis meses el palacio continuó siendo sede ministerial, hasta el 17 de mayo de 1937, fecha en la que se establece el primer gobierno de Juan Negrín, que decide anular este ministerio y por lo tanto queda sin uso momentáneamente.
Ya sin necesidad de utilizarse por parte del ministerio, y aún estando el gobierno republicano en la ciudad, a principios de septiembre de 1937 comenzó la instalación en el palacio de Ripalda de otro organismo oficial. En este caso se trata del Tribunal Popular de Responsabilidades Civiles del que fue su presidente Demófilo de Buen Lozano desde agosto de 1937 hasta noviembre de 1938.
Este tribunal se encargaba de dictaminar las responsabilidades civiles de las personas que participaban directamente o indirectamente a favor de bando político opuesto, acordando el embargo de sus bienes, salarios, depósitos de dinero y valores. Su estancia en el palacio de Ripalda fue muy corta ya que se trasladó a Barcelona en noviembre de 1937, siguiendo la estela de las demás instituciones gubernamentales, que habían partido de Valencia el 31 de octubre de 1937.
Ya con el gobierno en Barcelona y el palacio sin uso de nuevo, se tiene constancia de su utilización por la Jefatura de la tercera zona del grupo uniformado del Cuerpo de Seguridad.
El Cuerpo de Seguridad fue creado por la República y sus funciones abarcaban las relacionadas con el mantenimiento del orden, vigilancia e investigación. Estaba formado por un Grupo Civil y un Grupo Uniformado que se encargaba de la seguridad rural, urbana y de vanguardia. Su estructura la constituían cinco zonas o divisiones; la correspondiente a Valencia agrupaba a Castellón, Teruel, Zaragoza y Cuenca.
De su estancia en el palacio de Ripalda únicamente ha trascendido cuando el teniente coronel al mando de este Cuerpo de Seguridad de Valencia, en mayo de 1938 solicitó autorización al Ayuntamiento para la construcción de un refugio contra aeronaves para el servicio del personal de la misma y del personal civil que transitara por las inmediaciones. En julio de ese año fue autorizada su construcción, aunque finalmente no se llevo a cabo, como lo certifica el expediente municipal referente a este refugio.
Una vez finalizada la contienda civil y hasta su derribo en 1967, tan solo se tiene constancia del uso de los jardines del palacio para la celebración de la fiesta de exaltación del trabajo en 1939, y como residencia oficial para algún ministro de visita en la ciudad en 1943. El palacio posteriormente fue restituido a sus propietarios.
