La jornada desapacible impidió el primer gran acto en exteriores, el pasacalle, pero no impidió que los falleros de San Vicente-Amparo Iturbi presentaran un proyecto inédito: la constitución y puesta de largo de la comisión fallera canina.

Y lo que podía pensarse en un principio que sería un proyecto de dudoso éxito ha resultado ser una realidad absoluta: nada menos que 36 canes, de todo tipo, color, sexo, tamaño y raza, forman parte de tan curiosa asociación, que dispone de estandarte propio y con el que se pretende concienciar de la necesidad de bienestar para los animales de compañía, especialmente los que están pendientes de adopción.

Jero, Zadek, Chocolate, Dana, Terrry, Dexter, Morgan, Niko, Koko, Wendy, Chispa, Valentino, o Roco forman parte de esta particular comisión, en la que están los perros de los falleros, pero también no pocos de personas que no pertenecen a la misma.

Valga el dato: hay 85 comisiones en la ciudad que tienen menos infantiles que canes la de Amparo Iturbi. Ayer, los que desafiaron a la lluvia acudieron al casal a celebrar la constitución de la misma. Cada perro, dentro del particular guirigay que se produjo en el casal, fue recibiendo el pañuelo verde que le acredita como «fallero» de la comisión, así como una orla, a imagen y semejanza de las que se pueden ver en cualquier falla de la ciudad. A falta de «cacau i tramussos», recibieron unos premios en forma de huesos de galleta y la particular bienvenida.

El proyecto «Guau» se gestó a partir de la presentación de la falla infantil que plantará Manolo Martínez Reig. La comisión quiso ir más allá y crear su propia comisión canina, que supone a la hora de la verdad hacer una labor solidaria con los animales abandonados.

Así, los ingresos de dicha comisión (las pequeñas cuotas de inscripción de las mascotas y las rifas, acompañadas de recogidas de comida y enseres de limpieza o mantas), van destinados a la Sociedad Valenciana Protectora de Animales y Plantas. Pero hay más: en próximos días, por ejemplo, el casal acogerá una charla sobre cómo tratar a los perros durante los festejos falleros. Es conocido que los canes son enemigos naturales del ruido que se genera en fallas.

En una visita realizada el pasado mes de enero, el presidente de la comisión acabó adoptando a uno de los perros allí acogidos, a quien ayer se le dio también la bienvenida. Y, lo que es más importante, los perros allí presentes pudieron celebrar su primera asamblea en «germanor».