La renuncia de Santiago Benlliure a su acta de concejal, en la tarde de ayer, dejó patente la fractura que venía larvándose desde hace meses en el grupo municipal de Ciudadanos. Con toda probabilidad no será la única salida, según las fuentes consultadas por Levante-EMV. Todo apunta a que la concejala María Dolores Jiménez podría ser la siguiente en abandonar la formación, que cuenta con seis ediles en el Ayuntamiento de València. Aunque Benlliure alegó ayer que se marcha por razones personales, lo cierto es que voces autorizadas aseguran que han sido las fuertes discrepancias con el portavoz, Fernando Giner, las que han precipitado la marcha. Benlliure, tras hacer pública su decisión, optó por el silencio, mientras que su compañera de filas, Jiménez, no ocultaba que estos dos últimos años «han sido muy complicados» para ambos.

Jiménez aseguraba que entendía el camino tomado por Benlliure, aunque dejaba intuir que hubiera preferido una posición conjunta. «Respeto a mi compañero porque sé que no ha sido fácil para él», manifestaba. Fuentes próximas al partido aseguraban que la situación «era muy tensa», pese a la aparente afinidad entre los miembros del grupo municipal, con el liderazgo de Giner cuestionado de forma permanente. Aunque Jiménez no quiso desvelar si finalmente seguirá los pasos de Benlliure, fuentes consultadas por este periódico incidían en que sería lo más lógico tras las contínuas desavenencias.

El «portazo» de Benlliure tuvo el efecto de un jarro de agua fría en un partido con unas expectativas muy altas de cara a las elecciones de 2019. «No es una exageración pensar que tenemos la alcaldía al alcance de la mano», incidían desde el grupo municipal de Ciudadanos, que trataban de minimizar el impacto de la renuncia de ayer. «Estamos haciendo una oposición muy seria», reiteraban, para asegurar que en el grupo no hay friccciones.

Un perfil muy discreto

Desde Ciudadanos se mantuvo en todo momento la versión de que para Benlliure era imposible compatibilizar su trabajo profesional con el del ayuntamiento. Diplomado en Dirección por la Universidad de València, hasta su entrada en política, había desarrollado su carrera profesional en varias entidades bancarias y disponía de su propio despacho profesional como director financiero. Iba en el puesto número cinco en la lista con la que concurrió Ciudadanos a las elecciones municipales.

Benlliure gestionaba los temas de Medio Ambiente en el Grupo Municipal y no tenía dedicación exclusiva como concejal. Había llegado a la política sin experiencia previa y en el grupo municipal de Ciudadanos ha tenido un protagonismo más bien discreto, ya que la mayoría de las intervenciones en las sesiones plenarias las monopolizan el portavoz Fernando Giner, el edil especializado en Movilidad, Narciso Estellés, o la edila de cultura festiva, Amparo Picó. Por el contrario, María Dolores Jiménez (con asuntos relacionados con la protección ciudadana), Manuel Camarasa (Comisión de Gobierno Interior, Personal y Control Administrativo) y el propio Benlliure han mostrado hasta la fecha un perfil más bajo en sus intervenciones. En círculos del consistorio no sorprendió a nadie, ya que desde hace semanas se especulaba con la posibilidad de que tanto Benlliure como Jiménez dejaran en algún momento su acta de Ciudadanos por fuertes diferencias con la dirección. El puesto de Benlliure lo ocupará ahora José María Bravo, el siguien en la lista que Ciudaanos presentó a los comicios de 2015.