A finales del siglo XIX comenzaron a proliferar en l'Horta, fundamentalmente en el l'Horta Sud, unas modestas construcciones que en cierto modo recordaban a las barracas, pero cuyo objetivo era el de salvaguardar las cosechas de cebollas a la espera de que un comprador se llevara los miles de kilos recolectados. Esa era la función principal de la «cebera», que con el paso del tiempo se convirtió en un espacio ideal para guardar remesas de otras hortalizas e incluso aperos del campo.
Con la industrialización del campo estos pequeños almacenes de cebollas fueron perdiendo protagonismo hasta el punto de acabar teniendo un uso esporádico, lo que acabó provocando también su abandono y su rápida degradación. Al ser construcciones de madera si no tenían un adecuado mantenimiento se aceleraba su destrucción. Hoy muy pocas «ceberes» sobreviven en l'Horta, la mayoría en estado de ruina o a punto de colapsar.
Albert Pasqual contabiliza en su reciente libro «L'Ombra de la Cebera» cincuenta almacenes solo en la población de Castellar-l'Oliveral, cuyo centro cívico se llama precisamente «La Cebera» y su diseño emula en parte estas construcciones. En la Pobla de Vallbona, en Camp de Túria, también existen unas cabañas de concepción parecida, aunque no iguales, dada la tradición de este pueblo en el cultivo de la hortaliza.
Tabla de salvación
Una iniciativa que ha puesto en marcha el Centre Integrat Públic de Formació Profesional «Ciutat de l'Aprenent» de La Torre puede ser la tabla de salvación de las «ceberes». Los alumnos del ciclo de Madera, Mueble y Corcho han puesto en marcha un proyecto que pretende salvaguardar estos almacenes típicos valencianos. De momento ya han construido una «cebera» piloto de cuatro metros que les ha servido de práctica para un plan mucho más ambicioso: que sirva de experiencia para recuperar el resto de construcciones en mal estado de l'Horta.
El proyecto nace de la colaboración puesta en marcha entre Santiago Estañan, jefe territorial de la Conselleria d'Educació, Consol Castillo, concejala de Agricultura, y Juan Cuenca, director de la Ciutat de l'Aprenent. La iniciativa piloto de este curso consiste en la construcción de una «cebera» nueva de 7 metros y la rehabilitación de otra vieja que presente un mal estado de conservación y, por lo tanto, lo más pareciendo a las condiciones de trabajo de restauración reales. La nueva se instalará en el entorno del parque de Sociópolis, mientras que se rehabilitará otra ya existente en una rotonda de La Torre.
Los alumnos del ciclo de Madera, Mueble y Corcho construyeron como paso previo una «cebera» de 4 metros. Los estudiantes trabajaron tanto el diseño y el dibujo en 3D de la estructura como también se enfrentaron a los problemas y dudas que surgen en el proceso constructivo de estos peculiares almacenes.
El proyecto persigue distintos objetivos. Durante el curso actual se quiere elaborar una especie de manual de trabajo para la restauración de las «ceberes», para más tarde difundir el valor etnológico de estas estructuras agrarias entre escolares y público en general.
Rehabilitación selectiva
Con la primera «maqueta» de «cebera» ya realizada, se pretende que se utilice para la presentación posterior a los distintos alcaldes de los pueblos de València, asociaciones de vecinos, Generalitat Valenciana y propietarios particulares interesados en su restauración.
Con las conclusiones de la primera fase de este proyecto se preparará el diseño para que en el siguiente curso, el 2018/19, se ponga en marcha la ejecución del trabajo. El objetivo más ambicioso consiste en la rehabilitación selectiva de «ceberes» representativas en los distintos pueblos de València, bajo el paraguas de un convenio de rehabilitación del patrimonio agrario valenciano, auspiciado por la Generalitat Valenciana y el Ayuntamiento.
«Se persigue consolidar también como objetivo la capacitación de los alumnos formados en este proyecto, de manera que se conviertan en técnicos especializados en la rehabilitación de este tipo de patrimonio, con la idea de aumentar la ocupación en un ámbito que en el futuro inmediato tendrá mucho recorrido, como es la restauración en general», explica la concejala Consol Castillo.
Además, la participación de la Ciutat de l'Aprenent en la rehabilitación del patrimonio del barrio de la Torre, y de la ciudad de València en general, representa, por un lado, «el aumento de proyección social de la tarea formativa tan importante que viene realizando y, a la vez, el reconocimiento de la ciudad a su tarea», remarca Castillo.
