Los vecinos del Cabanyal exigieron ayer la retirada del plan especial del Cabanyal (PEC) impulsado por el Govern de la Nau, que prevé la recalificación de zonas verdes y dotaciones deportivas para construir viviendas.

El rechazo de los vecinos al plan que promueve el gobierno de izquierdas quedó patente en una asamblea general convocada por Salvem el Cabanyal y la Asociación de Vecinos del Cabanyal en el Ateneo Marítimo para informar de los detalles del mismo.

Más de un centenar de personas abarrotó el ateneo donde se había reservado la fila cero para los autores del plan especial y los responsables políticos. Sin embargo, la única responsable del gobierno tripartito (Compromís, PSPV y València en Comú) que intervino fue la concejala de Cultura y vecina del barrio, Gloria Tello, para expresar sus dudas sobre el plan reivindicando más dotaciones. Sentada entre el público estuvo la concejal de Vivienda, María Oliver, que no tomó la palabra.

Los arquitectos y urbanistas Gerardo Roger y Luis Casado, autores del plan junto con Tato Herrero, tuvieron que defender en solitario el nuevo plan especial del Cabanyal.

Sus argumentos no convencieron a los vecinos, que acordaron iniciar una recogida de firmas para solicitar al ayuntamiento que retire el plan, que prevé la construcción de 1.500 nuevas viviendas, la mitad de ellas a costa de zonas verdes y equipamientos deportivos en Doctor Lluch y Eugenia Viñes.

El portavoz de Salvem el Cabanyal, Faustino Villora, recordó que en el barrio hay más de 2.600 viviendas vacías y 320 casas de titularidad pública para rehabilitar por lo que el Cabanyal, aseguró, no necesita nuevas viviendas ni más población, sino recuperar el patrimonio existente.

Siete millones de plusvalías

Gerardo Roger insistió en que es necesario llenar los «vacíos» del barrio y recalcó que el 60% de las viviendas previstas son de VPO. Roger y Casado pidieron a los vecinos un voto de confianza y abogaron por «rebajar la tensión».

Advirtieron de que «si el plan echa marcha atrás perderemos mucho tiempo». Los vecinos, tras más de 16 años de batalla contra el Pepri de la prolongación de Blasco Ibáñez, destacaron que no quieren «prisas ni un mal plan». «Lo importante es rehabilitar las viviendas», subrayaron.

Los vecinos insistieron en que se retire el plan y se inicie la redacción de un documento que tenga en cuenta sus consideraciones. Reclaman la eliminación de la recalificación de parte de las zonas verdes y equipamientos deportivos en Doctor Lluch para construir viviendas. Afirman que la eliminación de masa arbórea afectará negativamente a la calidad de vida y aumentará la contaminación que genera el vecino recinto portuario.

Los vecinos demandan mayor concreción sobre la ubicación de las zonas verdes y sobre los cálculos económicos para la financiación del plan y la participación de fondos privados. Exigen más transparencia e información sobre los costes reales del plan urbanístico impulsado por el gobierno tripartito, al que reprocharon que no tengan en cuenta la opinión de los vecinos.

«¿A quien vamos a votar ahora?», espetó ayer un vecino del barrio durante la asamblea. El nuevo plan no prevé derribos como el del PP pero sí más viviendas, de hecho los aprovechamientos urbanísticos son pieza clave para la obtención de recursos económicos para financiar la regeneración del barrio. Los autores del plan calculan siete millones de euros de ingresos por plusvalías.

Los vecinos rechazan que las nuevas viviendas se hagan a costa de eliminar uno de los pocos parque urbanos del barrio y afirman que la previsión de dotaciones es insuficiente para el aumento de población que supondrán las nuevas viviendas. Aseguran que la población aumentará en más de 9.600 personas y no en 3.400 como calcula el PEC al tener solo en cuenta las nuevas viviendas.