Grandes bandadas de flamencos se están alimentando estos días en los arrozales del sur de la ciudad de València. Esta estampa, totalmente inusual hace unos diez años, es cada vez más frecuente y entre los motivos principales puede estar el aumento de la salinización en el agua del lago de la Albufera.

Así lo expresaba ayer el delegado de Seo-Birdlife en València, Mario Giménez, a Levante-EMV. Explica que en las zonas más protegidas de l' Albufera hay ejemplares prácticamente durante todo el año, pero es ahora cuando su número aumenta considerablemente.

València, argumenta, se encuentra en medio de dos grandes zonas de nidificación como son las del sur de España, con Doñana como referente, y Francia. De este modo, aquí llegan bandadas de uno y otro lugar.

«No son una especie, como pueden ser los patos, que tengan unos ciclos migratorios muy claros y establecidos», indica Giménez. Argumenta que existe una «meta población» presente en el Mediterráneo y cuya principal área en la Comunitat Valenciana serían las salinas de Santa Pola.

Precisamente eso, el carácter salino del agua, es lo que andan buscando estas grandes aves. Y ahí es donde Giménez ve un signo de que la de la Albufera estaría entrando en esta situación: «La llegada menor de agua dulce debido, sobre todo, a una mala gestión, puede estar afectando a la salinidad de la misma y esto favorece la presencia de flamencos», indica. Él explica que el periodo de sequía de los últimos años también es un factor importante.

Giménez pide «sentido común» y «prudencia» a todos aquellos que se acerquen a los arrozales a ver estos flamencos u otras aves como los ibis para «garantizar el bienestar de las aves. Y también hay que respetar los campos de arroz y a la gente que vive de ellos».