El Arzobispado de València se opone a que la fiesta de la Mare de Déu sea declarada Bien de Interés Cultural por parte de la Consellería de Cultura y Patrimonio, además de Fiesta de Interés Turístico Autonómico. Así lo ha hecho saber al Ayuntamiento de València que, tras aprobar en el pleno de enero el inicio de las gestiones, elevó consulta a las autoridades eclesiásticas valencianas. La respuesta del arzobispo Antonio Cañizares a la proposición de BIC no deja lugar a la duda y aunque agradece el reconocimiento, expresa también un abierto malestar por la propuesta. El cardenal recuerda que se trata de una fiesta religiosa, en la que ni la corporación local ni la administración autonómica son competentes para tomar una decisión que considera poco acertada. Según fuentes de toda solvencia, Cañizares incluso advierte de que de seguir adelante con la iniciativa que promovía Amparo Picó, concejala de Ciudadanos, la Iglesia la hubiera recurrido. Picó aseguró entonces que su moción contaba con el acuerdo eclesiástico.

El arzobispado argumenta su negativa en que las celebraciones tradicionales que rodean a la festividad de la patrona son variadas y muy ricas visualmente, pero en ellas la iglesia no tiene competencia. De ello se sobreentiende que para elementos como la Dansà, el cant d´Albaes o la Escuraeta, se pueden gestionar todas las declaraciones de BIC que se quiera, pero no así para los exclusivamente de carácter religioso. En ese punto, el cardenal incide en que los actos que organiza la Iglesia deben ser respetados sin desfiguraciones o intereses turísticos. Recuerda, expresamente, que es la Iglesia quien tiene la libertad para celebrar actos de culto y puede organizarlos libremente, correspondiendo a ella qué dia se pueden celebrar, así como la regulación de las estructuras religiosas.

La iniciativa de Ciudadanos se presentó vía moción en el primer pleno ordinario de 2018, y recibió el apoyo de todos los grupos municipales, con la excepción de València en Comú. El socio de gobierno de Compromís y Partido Socialista rompía con su negativa la unidad de voto, argumentado que la declaración de Bien de Interés Cultural estaba pensada para el patrimonio en peligro, algo que la portavoz María Oliver entendía que no era el caso. La concejala Picó, además de solicitar la apertura del expediente para el BIC, pedía al ayuntamiento que instara a la Generalitat Valenciana para que la festividad de la Virgen de los Desamparados pasara a ser considerada como Fiesta de Interés Turístico Autonómico, algo que Cañizares entiende que desvirtua la celebración.

La formación política de Ciudadanos, sin embargo, se mostraba convencida de que el día de la patrona es un compendio de actividades culturales, turísticas y religiosas de la ciudad «con mayor tradición, arraigo y proyección, y que concita a miles de personas en los correspondientes actos organizados con motivo de tan insigne festividad». «Reúne todos los elementos para conceder tal declaración, como son la Dansà, Cant d´Albaes, la Escuraeta, la Missa d´Infants, la Ronda a la Verge, el Toque de Campanas, así como el propio desarrollo del Traslado y la Procesión, entre otros», según el expediente para impulsar el BIC.

«Además - proseguía Picó- engloba a diversos y destacados sectores de la sociedad valenciana, como el de la música, la orfebrería, la indumentaria y la pirotecnia, y destacar igualmente, el impacto económico turístico y de empleo que supone». «Igualmente, cumple con los requisitos de la Generalitat de tener un ámbito temporal y espacial. El temporal abarca entre el viernes anterior al segundo domingo de mayo y hasta el día del Besamanos. Y el espacial se centra en el itinerario tradicional del Traslado y la Procesión», concluía la edila de Cs.