En la sesión plenaria del mes de enero, en la que se debatió la moción de Ciudadanos, tanto Pere Fuset, concejal de Cultura Festiva (Compromís) y Félix Crespo, edil del Partido Popular, manifestaron la necesidad de consultar con el Arzobispado sobre las celebraciones organizadas directamente por él. Fuset abogaba por especificar los puntos a proteger, al competer muchos al orden eclesiástico, además de insistir en la introducción de cambios en la fiesta para evitar incidentes como el ocurrido con la caída de la puerta de la Basílica por la aglomeración de público.

La concejala Amparo Picó defendió en el hemiciclo la necesidad de dar protección y difusión a la festividad de la Virgen de los Desamparados. En su moción, Picó hacia explícita mención a los colectivos con los que se había hablado «y con los que evidentemente nos han mostrado su acuerdo». La edila de Cs incluía en el expediente al «responsable de comunicación del Arzobispado de València, al rector de la Basílica de la Virgen y vicerrector, al clavario mayor de la Archicofradía de la Virgen de los Desamparados, a la Fundación Maides, con su vicepresidente y presidente, a la Hermandad de Seguidores de la Virgen, a la Asociación d´Eixidors de la Mare de Déu e incluso también nos dió su visto bueno, tras haber consultado el tema el exjefe del Servicio de la Conselleriade Cultura y responsable de dar el visto bueno a las declaraciones BIC». Picó, además, incide en el expediente que presentó al pleno: «Simplemente para que ustedes supieran que esta moción ha sido una moción trabajada y que la hemos hecho con mucha ilusión y con mucha devoción».