El Ayuntamiento de València presentará al Ministerio de Fomento un modificado al proyecto de ampliación de la V-21 para que éste renuncie a la reserva de espacio de dominio público en previsión de futuribles ampliaciones.

Se trata de una figura habitual en este tipo de procedimientos, esgrimen fuentes de alcaldía. Así, el consistorio accede a la construcción de un tercer carril, pero con una serie de condiciones para minimizar el impacto sobre la huerta. Además de mantener la esencia de la ampliación, desde el equipo de gobierno se defenderá que no se alteran los plazos de tiempo ni los costes, en todo caso abaratándolos, por lo que están convencidos de que Demarcación de Carreteras no podrá rechazar la propuesta municipal.

La reunión, el próximo 10 de mayo, tendrá lugar en Madrid y València presentará un estudio alternativo a la ampliación de la V-21 adjudicada hace casi un mes por el departamento de Iñigo de la Serna.

El plan que defiende el alcalde Joan Ribó implica reducir entre un 59 % la afectación sobre las zonas cultivadas entre València y Alboraia. «Si en la construcción de puentes o de carreteras en parques naturales no se contempla la reseva de más metros para futuras intervenciones, tampoco se puede arrasar con la huerta», sostiene Ribó.

«Es una propuesta seria, válida, en defensa de los intereses de la ciudad, tanto en infraestructuras como en conservación del paisaje y medio ambiente», prosigue la primera autoridad.

Ribó incide en que tratarán de convencer a los responsables de Fomento de que esta posibilidad tiene un menor impacto ambiental y paisajístico sobre «una huerta que es plenamente productiva, que es patrimonio de todos los valencianos y que hemos de proteger, al mismo tiempo que dar luz verde a una infraestructura que València espera desde hace demasiados años».

«No podemos someter a València a la disyuntiva entre una infraestructura que arrase con todo a su paso, o nada, y más cuando existen alternativas perfectamente viables», según el alcalde.

La ampliación del ministerio implicaba retirar de la carretera numerosos caminos rurales y acequias que discurren paralelamente a la misma o que la cruzan. Para hacer estos trabajos, los técnicos del Ministerio de Fomento han previsto la expropiación de 79.457 metros cuadrados de terreno, además de 8 metros de reserva de dominio público.

La mayoría se expropiará en el término municipal de Alboraia (64.641 metros cuadrados), mientras que en València suman 14.816 metros cuadrados. La zona que comprende la denominación de origen Xufa de València se vería afectada en casi 200 parcelas, repartidas entre las partidas de Saboia, Miracle, Vera, Calvet y Masquefa, entre Alboraia i València.

El proyecto, que discurre casi íntegramente por terreno rústico, prevé también el derribo de cuatro construcciones rurales. De ahí el fuerte rechazo del movimiento ecologista, como Agró-Horta Nord o Per l'horta, así como el Govern de la Nau y el Ayuntamiento de Alboraia.

Fomento hizo pública la adjudicación de las obras a la empresa OHL por valor de casi veinte millones de euros. Algo critocado hace unos días por la plataforma València en Comú, quien insiste en en que la intervención es innecesaria y responde «más a una lógica de gastar el dinero en empresas de amiguetes». VLC además recordaba la implicación de OHL en la Operación Lezo.