El Consorcio València 2007 ha abierto un primer proceso participativo de recogida de ideas para el uso futuro del edificio histórico de los Docks. Con este fin, en marzo convocó a un grupo de profesionales independientes y expertos procedentes de distintas entidades para aportar ideas. El consorcio trabaja así en la elaboración del plan de usos tanto del edificio Docks, cuya propiedad acaba de recuperar el Ayuntamiento de València, como de otras instalaciones que permanecían vacías o en desuso en la Marina de València, como los tinglados.

Profesionales de distintos ámbitos, desde la Universitat de València hasta el Instituto Valenciano de Edificación, han trabajado en definir los mejores usos para este edificio, que en los últimos años ha albergado una discoteca.

El Consorcio parte de la premisa de que el edificio, que en el plan de usos contemplaba el hotelero, debe mejorar el hábitat, la calidad de vida y las interconexiones con el distrito marítimo y la ciudad.

Además del uso debe tenerse en cuenta la conservación de su fachada, al estar el edificio catalogado con nivel 2 de protección.

Los expertos coinciden en que el Docks debería ser un espacio vivo y con actividad constante, un proyecto sostenible y autónomo con proyección de futuro. Apuntan también que podría ser un edificio multifuncional, abierto a distintas instituciones y que acoja a muchos usuarios; un proyecto pensado para diferentes tipos de población, en el que han distinguido al menos dos escalas: la cultural y la comunitaria.

Entra las propuestas que se han hecho está convertirlo en un centro de interpretación y un Museo Marítimo, relacionado con los Poblats Marítims, que conviviría con el antiguo Varadero, donde se prevé instalar una de las sedes del futuro museo marítimo.

Otras ideas son albergar un Museo de la Arquitectura y del diseño valenciano; un auditorio-teatro; un espacio para eventos gestionado por una red de colaboradores; un espacio de networking, un centro de investigación; un lugar de formación que conecte a gente mayor con jóvenes a través de distintos talleres; un espacio para ONGs o un centro de cultura gastronómica.

También se debatió la idea de destinar el edificio a un uso educativo.