La plaza arqueológica de l'Almoina, inaugurada hace apenas once años, se cae a trozos. Grietas, desprendimientos de las baldosas del pavimento y los muros, y filtraciones aquejan a esta plaza, en cuyo subsuelo se exhiben las ruindas de época romana de la ciudad fundacional, casi desde sus orígenes. Esta misma semana se han desprendido varias baldosas de piedra del revestimiento de un muro. La plaza de l'Almoina (o Junio Bruto, según el nombre oficial) es una de las obras más caras del anterior gobierno. Costó seis millones de euros la obra y otros seis la adecuación del museo arqueológico, que también ha sufre problemas de mala ventilación y filtraciones.