Encontrarse con turistas en el centro de València es una realidad cotidiana, sobre todo, con la llegada de las buenas temperaturas. Están por la plaza de la Virgen, por la Lonja, por el Mercado Central y por muchos más lugares. Hasta ahí, todo normal. No obstante, cada vez es más frecuente encontrarlos también en los rellanos de las escaleras de las fincas de vecinos, en el ascensor o en la terraza comunitaria. Sí, porque el alquiler de pisos y apartamentos para turistas, en algunos casos legales, en otros alegales y en otros sin ningún tipo de control, es una realidad con la que tienen que convivir, o sufrir, los vecinos de cada vez más barrios. Y las cifras reflejan que no para de aumentar.

Apartamentos en toda la ciudad

Esta problemática, común en todas las grandes ciudades de Europa, llevó a una serie de personas a crear la página web www.datahippo.org, la cual dice ser, precisamente, «un proyecto colaborativo para ofrecer datos de diferentes plataformas de alquiler turístico» y compartirlos con la comunidad «con el objetivo de facilitar análisis y debate sobre este fenómeno». En ella aparecen los datos de València en los cuales se estima que ya existen en la ciudad del Túria unos 6.800 apartamentos turísticos, los cuales se concentran, sobre todo, en Ciutat Vella (1.755), Poblats Marítims (961) y l'Eixample (772) o Extramurs (693) pero también se van extendiendo por todo el entorno urbano.

Apartamentos en Ciutat Vella

La gran cantidad de datos y cifras que aparecen en esta web han sido tratados por Santi Puig, un vecino de la ciudad experto en urbanismo y planificación territorial, que ha elaborado una serie de planos en los que se ve, claramente, la citada distribución. Afectado también por esta turistificación de su propio barrio, El Carme, asegura que «la oferta de pisos de alquiler de larga duración se ha reducido mucho y también han aumentado mucho los precios». A la hora de analizar los datos, destaca que, por ejemplo, en Ciutat Vella, «si los apartamentos turísticos estuvieran a plena capacidad, representarían al 28 % de la población». Esas son cifras sacadas según los anuncios de las distintas plataformas, pero cabe matizar que aunque el 90 % de ellos corresponde a Airbnb, que copa gran parte del mercado, algunos de los anuncios podrían duplicarse en las otras plataformas de alquiler vacacional, con lo cual la cifra real podría ser ligeramente más baja.

Distritos con mayor densidad

Por otra parte, la mano ancha de plataformas como Airbnb a la hora de publicar dónde está exactamente cada apartamento, pues lo que pone es un radio de 50 metros, hace complicado poder controlar mejor cuáles de ellos son o no ilegales.

Desde la federación de vecinos de València se matiza que, mientras no se cambie el Plan General, solo pueden destinarse a uso turístico las plantas bajas o los primeros pisos, algo que, claramente, se incumple en gran parte de los apartamentos turísticos. Y se critica que «se saca a los vecinos de sus zonas por un lado por el precio de los alquileres, y por otro por los problemas de convivencia que se generan».

Para Puig, hay zonas como la Saïdia que, pese a estar al otro lado del cauce, «están registrando un incremento de apartamentos turísticos importante», mientras que otras como Benimaclet «son menos de los que me esperaba».

Él critica que este aumento de apartamentos turísticos «no contribuye a generar un tejido urbano más resiliente». Y, además, provoca «la expulsión de personas conocidas con nombres y apellidos, subidas terribles en el alquiler o la marcha de gente de fincas enteras porque son compradas por fondos de inversión», lamenta.