Diferentes asociaciones, colectivos y entidades de Ciutat Vela, incluidos hosteleros, vecinos y comerciantes están preparando una plataforma conjunta para denunciar los recortes en las terrazas, la falta de licencias para los comercios o las trabas a las empresas hoteleras. Su primera idea cuando estén constituidos formalmente es dialogar con el Ayuntamiento de València para tratar de revertir la situación, pero de no ser así, ya hay sobre la mesa varias medidas entre las que destaca un cierre patronal de 24 horas probablemente un viernes y en el mes de junio.

Según explicó Toni Rodilla, de la Unión Gremial, la plataforma ya está en formación y en los próximos días se producirán las primeras reuniones conjuntas. Por lo pronto, están dispuestos a integrarse en la misma la propia Unión Gremial, la asociación Albarca, la Asociación de Vecinos y Comerciantes del barrio del Mercado y un colectivo de hostelería de esa misma zona. Están interesados también en sumar a la Asociación de Comerciantes del Centro Histórico.

Su propósito no es ser una patronal de los locales de ocio, sino una «plataforma social de defensa del barrio» que reúna a todos los colectivos sociales del mismo, dijo. Mantener una Ciutat Vella «viva».

Los problemas

Entre los problemas que denuncian están las licencias para los comercios, el bloqueo de permisos para los hoteles y, sobre todo, la entrada en vigor de las medidas definitivas de la Zona Acústicamente Saturada (ZAS) del Carmen, que recorta media hora más el horario de las terrazas y las obliga a cerrar a las 12.

Este ha sido el detonante de esta movilización y ahí se dirigirán todas las protestas, sobre todo porque según asegura Rodilla, entre los años 2012 y 2017 se ha reducido el tráfico y con ello el ruido, situándose la mayoría de las mediciones por debajo de los 50 decibelios. Sólo en puntos muy concretos se superan los 55 y no se pasa de 60, asegura.

Por lo pronto, la asociación Albarca ha tomado la iniciativa y ya ha pedido una reunión con el alcalde, Joan Ribó, petición que ha tenido como respuesta una reunión la semana que viene con representantes municipales, pero no con el alcalde, por lo que aseguran que lo seguirán intentando.

Y en caso de no surtir efecto sus peticiones, ya han puesto sobre la mesa la idea de hacer un cierre general de 24 horas el próximo mes de junio, probablemente un viernes.

Según explicó Jesús Ortega, presidente de Albarca, «en este momento no estamos cerrados a nada. Tenemos que ir a por todas, primero con el diálogo y si hace falta con las movilizaciones».

En su opinión, «si no hacemos nada, se van a cargar la mitad de las terrazas, se cerrarán locales y habrá que despedir a gente». «La decisión unilateral de adelantar el cierre de las terrazas no es bueno para nadie», explica Ortega en referencia a la que pasa por ser la mayor preocupación de colectivo, cuyo estado actual es de «total indignación».

«Después de los malos tiempos que pasamos con Rita Barberá, no nos esperábamos esto de Compromís, que entonces venían a nosotros a darnos su apoyo», lamenta.

En cualquier caso, Toni Rodilla mostró su confianza en el diálogo, al que apeló sin reservas, dijo, después de comprobar que en otros barrios como Russafa se están tomando medidas consensuadas con todo el mundo. Su objetivo es simplemente el que señalará el propio nombre de la plataforma que están creando, que será con toda probabilidad «Ciutat Vella Viva», una entidad que se creó en 2010 y que ya está registrada.