Los empleados del montaje y desmontaje de carpas y eventos tendrán hoy un trabajo extra en la ciudad. Sí, porque ayer finalizaron tres ferias como eran la Andaluza, la Feria del Libro, y la Oktoberfest. Las dos primeras, como era de esperar, han registrado una gran afluencia de personas en la práctica totalidad de sus jornadas. No obstante, la de la cerveza, como ya pasó el pasado mes de septiembre, ha visto como su afluencia bajaba. Como lamenta su director artístico, Miguel Huerta, el motivo principal es su traslado, casi obligado, de la céntrica Plaza de Toros de València, al parking del Centro Comercial Gran Túria que, de hecho, ya no está en el término municipal de València, sino en el de Xirivella.

Él asevera que el cambio les ha supuesto «miles y miles de litros de cerveza menos vendidos», así como menor repercusión y afluencia. Y argumenta que fue una solución que tuvieron que adoptar después de que los gobernantes actuales les pidieran un incremento en el precio de casi el 50 por cien, pasando de 75.000 euros a casi 150.000 euros: «La bajada es muy importante, y eso supone bajada en el montaje, en la producción en los puestos de trabajo... Estamos aquí porque no podíamos permitirnos tras más de 10 años montando en Valencia, de haber hecho clientes y amigos, abandonar la ciudad porque no encontrábamos un sitio adecuado como la plaza», indica.

Él reconoce que en la anterior ubicación estaban «mucho mejor». Y asevera que, «posiblemente, la Plaza de Toros de València sea uno de los mejores sitios de «España para celebrar un evento. Esa confluencia de la Estación del Norte, la Plaza del Ayuntamiento, la calle Xàtiva... lo hace especial. Era nuestro sitio estrella, pero el cambio de gobierno cambió las condiciones y no las consideramos asumibles», asevera. Él espera poder volver algún día a su ubicación original y mandan un mensaje: «Si hay empresarios y gente con ilusión de hacer un proyecto, de jugarse su dinero, su tiempo, su trabajo, de no ver a tu familia en muchos días y trabajar duro, se les deben dar más facilidades para hacerlo». Y recuerda que «si las empresas no consiguen un beneficio mínimo, es complicado que vuelvan».

Dicho esto, Huerta alaba también al cliente valenciano del que dice que «sabe divertirse» y «aprecia la música y la gastronomía» porque el Oktoberfest Olé pretende «traer las peculiaridades de una fiesta que lleva más de 200 años celebrándose en Múnich». Y reivindica que «hay que dar alicientes para que un monumento como la plaza de toros no esté cerrado, sino que abra sus puertas», pues con ello se beneficia «el comercio, los hosteleros y la ciudad».