Los vendedores del Mercat de Russafa rechazaron ayer «por completo» el plan de la Concejalía de Comercio de trasladar las paradas de pescadería al Mercat Central o del Cabanyal mientras duren las obras de rehabilitación de la nave de pescadería. Los asociados consideran que esta opción supondría «un gran perjuicio», no solo para los profesionales del pescado «sino para todo el mercado», por lo que reclaman la habilitación de una carpa en la plaza Barón de Cortés.

Como adelantó este periódico, el concejal Carlos Galiana ofreció a los 13 puestos afectados por las obras de reparación previstas para este verano que puedan trasladar su actividad al Mercat Central o del Cabanyal, ya que los trabajos de la reforma de la nave de pescadería se han de acometer en solo una fase después de que las lluvias del mes de abril agravaran las filtraciones. Al parecer el aparcamiento subterráneo se está viendo muy afectado por esos problemas.

Sin embargo, los vendedores han rechazado de plano esta posibilidad e incluso han comenzado una campaña de recogida de firmas, además de contactar con servicios jurídicos para impedir esta iniciativa municipal. Ni siquiera han esperado a la reunión que mantendrán el próximo lunes con el concejal en la que se ha de tomar una decisión firme. «Nos negamos totalmente al traslado porque perjudicará gravemente a todo el mercado, no solo a los pescadores. Le pedimos al concejal una carpa en el exterior y nos contestó que no podía ser porque no cuenta con presupuesto. Si el ayuntamiento no atiende nuestras reivindicaciones, nos movilizaremos», anunció Jesús Gea, miembro de la directiva de la Asociación de Vendedores.

Gea asegura que hace 15 años, cuando ya se reformó la nave de pescadores, se optó por montar un módulo exterior. El representante de los vendedores se pregunta qué tipo de obra se hizo entonces «para que a los pocos años se produjeran las filtraciones».

Por su parte, el concejal Carlos Galiana mostró su voluntad de llegar a un acuerdo con los vendedores, aunque considera que una carpa para el pescado durante el verano no es lo más apropiado, además de que interferiría con el mercado extraordinario que se celebra en Barón de Cortés.

El edil dijo que la alternativa puede ser dejar a los vendedores dentro mientras se hace la reforma, bien en otros puestos aunque es «complicado compartir pescado con fruta» o bien haciendo la obra en dos partes, por lo que está revisando esta última opción.