El XV Congreso Ibérico de la Bicicleta, que se celebra en València esta semana, reflexionará sobre el papel de este medio de transporte para mejorar las ciudades como «instrumento» para «hacerlas más saludables, sostenibles y más amables». Además incluye el Bicifest -una vertiente lúdica impulsada por el Ayuntamiento- y el III Encuentro de Mujeres Ciclistas. Precisamente una de ellas, Belén Calahorro, es la coordinadora del Congreso.
València recoge el testigo de Zaragoza y acoge este semana la XV edición del Congreso Ibérico de la Bicicleta. Con más de 400 personas inscritas y un sinfín de actividades, ponencias, debates y charlas que se desarrollarán en el Ayuntamiento, el Complejo Deportivo de La Petxina, el Centro Cultural La Beneficència y el Centre del Carmen.
¿Por qué un Congreso Ibérico si las cuestiones que se van a tratar parecen transversales?
El nombre se lo debe a sus orígenes. Nació hace 15 años como algo muy vinculado al movimiento de cicloturismo de Portugal y las regiones españolas que son vecinas, pero ha evolucionado hacia algo mucho más internacional. Pero no le cambiamos el nombre porque queremos reforzar la idea de que aquí también se hacen muchas cosas interesantes que se pueden llevar a otros países de Europa, no solo vivimos de las experiencias de países como Holanda, que son muy inspiradoras.
Hablarán de la bicicleta y de la ciudad.
Exacto, no solo de la bici, sino de que ésta es una herramienta para lograr una ciudad amable y que es algo que se ha de lograr entre todas y todos. Hablaremos de cómo mejorar la ciudad, por lo que no es un congreso dirigido solo a ciclistas, sino también a peatones o personas con movilidad reducida. A todos aquellos colectivos que quieran transformar la ciudad y aspirar a una movilidad sostenible. Hay que buscar sinergias entre todos.
¿Incluidos los coches?
Por supuesto, es un objetivo común. La bicicleta no es una amenaza para los automovilistas, sino una aliada en busca de una ciudad mejor. Hay gente que siente que la bici ataca su espacio, pero lo que queremos destacar son los beneficios de una ciudad amable, los retos que tenemos para conseguirlo y cómo transmitirlo. Pero hacia esa ciudad amable el peatón está en lo más alto de la pirámide y el coche en el lugar más bajo, eso es indiscutible y las prioridades están claras. Pero aquí hay espacio para todo, hasta para analizar los efectos perversos de algunas políticas probicicleta.
¿Cómo se lleva al terreno de la ciudad amable a los que menos contribuyen a ella?
Hablándoles de los beneficios para la salud de la ciudad amable y de los problemas de contaminación atmosférica. Repito, es una cosa que nos afecta a todos.
La mujer cuenta con su propio espacio en el Congreso.
Sí, celebramos el III Encuentro de Mujeres Ciclistas. No tiene que ver con la coyuntura actual, pues esto ya se hizo en Zaragoza o San Sebastián. Se hace ahora porque los colectivos feministas y de mujer tienen mucha energía. Es necesario visibilizar a la mujer en el espacio público y también dentro de los colectivos ciclistas porque está todo muy masculinizados. Estoy segura de que si todo el Congreso fuera mixto, nadie le prestaría atención a la participación femenina. Así estamos consiguiendo atención y visibilización.
