No es fácil poner de acuerdo a empresa y trabajadores, compradores y vendedores, contratadores y contratados, cuando la situación del mercado no ayuda. Por eso, las fuerzas vivas de las fallas (todas las asociaciones de comisiones: Interagrupación, Especial, Primera A, Ingenio y Gracia, Innovación, delegados de sector...) y los gremios de artistas han quedado emplazados a una nueva reunión, la próxima semana, para tratar de llegar a un acuerdo de mínimos que permita regularizar algo y, en la medida de lo posible, aliviar la actual situación del mercado artístico.

La reunión, convocada desde el ayuntamiento, quedó, aparentemente, con varias líneas a desarrollar, aunque a falta de un acuerdo.

Por ejemplo, se puso sobre la mesa el mínimo a pagar para entrar en concurso. Las comisiones, ya se sabe, ofrecen 1.800 euros de salida. Se verá si aún se puede aumentar esa cantidad. Se cuestionó la posibilidad de establecer los baremos por número de falleros. Es decir, a más censo, fallas más caras por una simple multiplicación. Hasta se mostraron unas tablas de cual es el ranking de dinero invertido por falleros censados. Parece complicado que vaya a aceptarse una opción que, sin embargo, sería más realista que la de guiarse por presupuestos o que castigar a las comisiones más modestas con mínimos. También está en el tapete la posibilidad de establecer ascensos y descensos, como en el concurso de teatro, para evitar que comisiones poderosas se enquisten en categorías bajas para repetir éxito año tras año.

También habló de cerrar el libre mercado. Que sólo se puedan contratar personas con formación de artista fallero. Como en la medicina o en la abogacía. Se sostuvo por parte del gremio, en ese sentido, que en otras contrataciones de la fiesta sí que se exige una cualificación profesional.

Otro tema, éste propuesto por el concejal Pere Fuset, hace referencia a la conveniencia de editar unas bases, al ser el de Fallas el único concurso de cuantos convoca la Junta Central Fallera que no las tiene (más allá del manual de buenas prácticas de la Delegación de Falla), lo que supone un contrasentido. También se habló de la limitación de medidas en las fallas (sólo posible de llevar a cabo con medios tecnológicos especializados) y de buscar soluciones para dedicar más dinero a los artistas, como fusionar festejos, como las verbenas.

Se llegó también al acuerdo de convocar la asamblea de presidentes de junio a mediados de mes para aprobar los baremos de la nueva clasificación y poder presentar los contratos hasta mediados de julio.

La conclusión es que la dinámica del mercado no facilita el acuerdo, pero que se pueden adoptar medidas para ir dando pasos, para los que los propios artistas también tendrán que poner de su parte y no reventar su propio mercado a base de poner mucho más trabajo de lo que aconseja la lógica.