La desembocadura del antiguo cauce del río Túria ha amanecido hoy teñida de negro, en un nuevo episodio de desbordamiento de aguas fecales que el Ciclo Integral del Agua ya está tratando para mitigar en las próximas horas. Según el concejal delegado, Vicent Sarrià, el colapso del colector norte -en el que llevan trabajando un año para terminar con el atasco de toallitas-, la pequeña tromba de agua de ayer "y un suelta de sobrantes de Confederación Hidrográfica del Júcar" han provocado este nuevo caso de contaminación.

Desde el Ciclo Integral del Agua explica que ya han aumentado la suelta de agua desde el Oceanogràfic para eliminar los vertidos cuanto antes. Se espera que unas horas el problema ya esté resuelto. El Puerto cuenta con una canalización para aportar aguas, pero no se utiliza.

El problema que afecta a Natzaret lleva arrastrándose durante muchos años, ya que en València no existe una red que separe las aguas pluviales de las fecales. Cuando se producen grandes avenidas de aguas, las tuberías se colapsan y las aguas negras salen a la superficie. La solución pasa por construir unos depósitos para tormentas que costarían 40 millones de euros, un proyecto pendiente de abordar.

Como se recordará, el Ayuntamiento de València y la Fundación Aguas de València ha puesto en marcha un proyecto pionero para eliminar los lodos y los malos olores del final del antiguo cauce en Natzaret. El tratamiento de biorremediación tiene una duración de seis meses.