La Comisión de Urbanismo del Ayuntamiento de València aprobó ayer la exposición al público de la modificación del planeamiento que permitirá la ampliacion de la Casa Asilo de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados, el centro de mayores más grande de la ciudad, que ocupa una manzana entera en la marginal izquierda del Jardín del Turia, entre las vías del tranvía de la calle Almassora, la calle Sagunto y la plaza de Santa Mónica.

Tras meses de negociaciones entre las religiosas que gestionan esta macrorresidencia de ancianos con el ayuntamiento las partes han alcanzado un acuerdo que pasa por una modificación del planeamiento para reclasificar parte del jardín del convento para poder ampliar la residencia.

A cambio, la comunidad religiosas cede suelo y retranquea su muro posterior para abrir la calle Milagrosa, que se conectará con la calle Almassora.

El acuerdo, destacó ayer el concejal de Desarrollo Urbano, Vicent Sarrià, «contribuirá a mejorar la conectividad de ambas zonas del barrio». Se trata, dijo Sarrià, de un acuerdo de «satisfactorio», ya que permitirá ampliar las instalaciones en 4.400 metros cuadrados, y avanzar en la regulación de la situación del propio edificio desde el punto de vista del planeamiento».

El ayuntamiento renuncia en este acuerdo a que las religiosas retranqueen el muro de la calle Almassora para ampliar las estrechas aceras de esta calle cuyo tramo central está ocupado por la playa de vías del tranvía.

El asilo tiene una lista de espera de 120 personas y «se ha quedado pequeño», además, explicaron en su día las religiosas a este diario, necesita reformas para ajustarse a la normativa autonómica que regula las residencias gerontológicas y que exige servicios similares a los de un hospital.