Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Retorno

Cincuenta religiosas vuelven al convento de la Trinidad tras cuatro años desocupado

La joven congregación Iesu Communio, vinculada a las Clarisas, se instala en el cenobio gótico, donde han encargado reformas

Cincuenta religiosas vuelven al convento de la Trinidad tras cuatro años desocupado

El convento de la Trinidad volverá a estar ocupado tras más de cuatro años cerrado y sin uso como consecuencia del traslado por motivos de salud y bienestar de las últimas cuatro monjas clarisas octogenarias que lo habitaban.

Cincuenta monjas de la comunidad Iesu Communio, la congregación religiosa más joven y numerosa de España, cuyas integrantes se distinguen por sus hábitos «casual» de tela vaquera, se hará cargo del cenobio, donde ya están preparando obras de reforma.

Esta congregación religiosa de clausura, fundada en 2010 como escisión de las Clarisas burgalesas, no ha parado de crecer en los últimos años y el año pasado se instalaron en la diócesis de València en el convento de las Salesas de Godella. Ellas, no obstante, buscaban una sede en la capital valenciana. Finalmente, han llegado a un acuerdo con el Arzobispado para repoblar el convento de la Trinidad.

Desde hace unos días se ve movimiento en el interior del convento, donde la nueva congregación deberá realizar reformas para acondicionar el edificio de origen medieval, en especial, la zona de las habitaciones o celdas.

Estas religiosas de vida contemplativa y clausura ya están trabajando con los arquitectos en el proyecto de reforma, que deberá en todo caso recibir el visto bueno de la Conselleria de Cultura al gozar la Trinidad de máxima protección patrimonial como Bien de Interés Cultural.

«Hay que adaptar la zona de las habitaciones, cambiar fontanerías e instalaciones eléctricas y acondicionar las estancias, los cuartos de baños y adecuar el edificio a las necesidades actuales», apuntan fuentes del arzobispado, que cofinanciará junto con la nueva congregación las obras de reforma, aún sin cuantificar.

Las obras no afectarán en principio a la parte histórica del inmueble, esto es, el claustro, el refectorio y la iglesia, y no supondrán cambios de volumetría, por lo que el Arzobispado y la congregación confían en que la Dirección General de Patrimonio no ponga reparos a la intervención. Aunque sin vida monástica, en la Trinidad se han mantenido durante estos años las visitas al público y la previsión es mantenerlas.

La llegada de nuevas monjas al cenobio ha coindicido con la polémica suscitada por la propuesta de Compromís, respaldada por PSPV y Podemos, de rescatar la titularidad del convento de Santo Domingo, ubicado frente a la Trinidad, para uso público. La propuesta sugería integrar este convento, de uso militar, y el de la Trinidad en un circuito cultural y ciudadano.

Sobre la posibilidad de que el convento de la Trinidad fuese adquirido por la Administración con vistas a una nueva ampliación del vecino Museo de Bellas Artes San Pío V, las fuentes del arzobispado consultadas destacaron que al museo no le hace falta el cenobio para su ampliación. Al mismo tiempo defendieron que los valencianos y los turistas «quieren ver conventos con vida». «Lo mejor que le puede pasar a la Trinidad es volver a estar habitado por religiosas como ha sido siempre».

Desde su fundación por Isabel de Villena hace más de cinco siglos, el convento de la Trinidad ha estado habitado y gestionado (con autonomía del Arzobispado) por monjas clarisas.

Compartir el artículo

stats