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Jóvenes, universitarias y con hábito de tela vaquera

Las monjas de esta congregación tienen una media de edad de 34 años y suman ya más de 200

Arrancaba el nuevo siglo cuando las Clarisas de la localidad burgalesa de Lerma crecían hasta llegar al centenar y de la mano de Verónica Berzosa decidieron fundar una nueva comunidad en València, concretamente en Godella, donde el arzobispado les cedió en 2017 el convento deshabitado de las Hermanas Salesas.

El Instituto religioso de derecho pontificio Iesu Communio, que como tal puede fundar conventos en otras diócesis, fue aprobado por el papa Benedicto XVI en diciembre de 2010 y desde su creación no ha parado de crecer.

Esta congregación, formada por más de 200 religiosas con una media de edad de 34 años, está dedicada a la vida contemplativa (oración y penitencia) y de clausura, aunque no viven entre rejas y hacen apostolado en su propio convento.

Se distinguen también por su indumentaria, más casual que el rígido hábito de franela. Estas monjas, muchas de ellas con carrera universitaria y habituadas a usar las nuevas tecnologías, visten una sencilla túnica de tela vaquera, con un cíngulo blanco en la cintura, sandalias para los pies y, un poncho de lana azul marino para los meses de invierno.

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