La Catedral de València estrenó ayer un nuevo espacio que permitirá asomarse a los visitantes al barroco valenciano y también a la calle Barchilla. Sí, porque la sala inaugurada en la segunda planta del Museo Catedralicio permite acceder, por primera vez, al puente del siglo XIII que une la Catedral con el Palacio Arzobispal. Ayer, el arquitecto de la catedral, Salvador Vila, explicaba que el diseño de este puente «está inspirado en un proyecto en maqueta y nunca ejecutado» del artista Miguel Ángel Buonarroti para la iglesia de San Lorenzo de Florencia, «un proyecto que no se llegó a realizar», indicaba Vila.

El acto estuvo presidido por el cardenal Antonio Cañizares que mostró su alegría por esta inauguración y pidió que no vuelva a suceder un desastre como el sufrido por el Palacio Arzobispal en los años 30. Cabe recordar que el citado puente está sostenido, en el lado recayente al Palacio Arzobispal, por el único muro del antiguo edificio del siglo XIII que queda en pie tras el incendio de 1936. Además, la restauración del puente ha permitido recuperar también una lápida romana del siglo II situada en ese mismo muro, que da a la calle de la Barchilla.

Por su parte, el director del museo, Jaime Sancho, explicaba que esta sala será la primera dedicada al barroco valenciano, algo que muchos visitantes solicitaban. Un barroco bastante contenido y que tendría influencias flamencas y del norte de Italia. En esta nueva sala se exhiben pinturas de los siglos XVII y XVIII, como 'San Pedro Pascual predicando', 'Virgen de la Peste' de Ribalta, 'Virgen de las tocas' o tablas que muestran a San José o un Ecce Homo. Así como un manto de la virgen. Obras, todas ellas, que jamás se habían expuesto y que se pueden exhibir ahora gracias al fruto de una minuciosa restauración en la cual han trabajado varios expertos así como unos 9 becarios.

Un libro a San Vicente Ferrer

El acto de ayer sirvió también para presentar el libro «San Vicente Ferrer en la Catedral de Valencia», editado por la Catedral y el Capítulo de Caballeros Jurados de San Vicente Ferrer.

Este libro que se publica dentro del año vicentino 2018/19 y que pretende poner en valor la figura del patrón de la ciudad. Así, durante un año se harán visitas guiadas por los diversos elementos representativos del santo en la catedral como su biblia, el púlpito donde daba clases, su capilla o su manto. Cañizares mostraba ayer su satisfacción porque San Vicente «está en el corazón de la iglesia diocesana». Y llamaba a «seguir su ejemplo».