La Concejalía de Desarrollo Urbano ha dado orden de paralización de las obras que se estaban realizando desde primeros de mes en un palacete de origen gótico de la calle Cocinas, en Velluters por carecer de licencia de obras. El inmueble está catalogado y albergó durante muchos años el conocido pub la Marxa, aunque llevaba tiempo cerrado. Tal como informó este diario, la empresa de hostelería Cielo VLC Sociedad Limitada había empezado a hacer obras de rehabilitación del palacete. Unas obras que, según comprobaron los inspectores de Patrimonio, no estaban amparadas por ninguna licencia, lo que ha llevado a ordenar la paralización de las mismas y la apertura de un expediente sancionador.

Según confirmó el concejal de Desarrollo Urbano, Vicent Sarrià, el ayuntamieno recibió el aviso de que en el interior del edificio se estaban realizando obras sin supervisión arqueológica. En concreto, los operarios estaban excavando en el subsuelo y picando los arcos del edificio. Tras recibir la alerta, los técnicos de Patrimonio comprobaron que la empresa que acomete las obras tenía una licencia de 2007, que «por supuesto está caducada», afirmó Sarrià, por lo que se procedió a ordenar la paralización de las obras.

El palacete, que está cubierto con lonas, se encontraba ayer cerrado a cal y canto y sin actividad aparente en el interior, según pudo comprobar este diario.

La Marxa, situado en las inmediaciones de la calle Caballero, fue uno de los locales de moda de la movida valenciana de los años 80. Tras años cerrado y en una clara situación de abandono, el palacete, algunas de cuyas estancias se encuentran apuntaladas, se reabrirá con un uso que todavía no está claro. El ayuntamiento asegura que en su día se tramitó una licencia para rehabilitarlo pero no se concretó qué uso se le dará. «Cuando los promotores vuelvan a pedir licencia veremos a qué lo quieren dedicar», apuntó Sarrià, quien apuntó que la filosofía del plan especial de Ciutat Vella, que en breve se aprobará, es potenciar el uso residencial para frenar la despoblación del centro histórico y poner límite a la proliferación de alojamientos turísticos.

Sarrià explicó que los técnicos de Patrimonio están realizando comprobaciones sobre el alcance de las obras que el promotor ha realizado «por su cuenta y riesgo» en el interior del palacio sin licencia y sin supervisión arqueológica para comprobar si se han causado daños en elementos protegidos del palacete.

Aunque la actividad continuada como pub de este palacio supuso grandes transformaciones en el edificio, los expertos aseguran que el inmueble conserva numerosos elementos dignos de estudio y protección, entre los que destacan sus arcos góticos y la portada, así como sus balcones decorados con azulejos valencianos.