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Entrevista

Hugues de Varine: "Si vemos la huerta como atracción turística, será un Disneyland"

El padre de los ecomuseos aconseja fomentar la capacitación del agricultor

Hugues de Varine: "Si vemos la huerta como atracción turística, será un Disneyland"

El museólogo, historiador y arqueólogo frances Hugues de Varine participó esta semana en un congreso sobre «museos, paisajes y comunidades de vecindad» organizado por la Universitat de València en colaboración con el Consejo Internacional de Museos (ICOM). Considerado uno de los padres de los ecomuseos, Huges de Varine, que a sus 82 años derrocha vitalidad y buen humor, sostiene que la conservación de la huerta valenciana depende de la autoestima, la formación y la participación en la toma de decisiones de sus habitantes, en especial, de los agricultores.

Ecomuseos y democracia

Hugues de Varine y Henri Riviére formularon en los años 70 el concepto de los ecomuseos, como elemento de empoderamiento y apropiación del patrimonio por parte de los ciudadanos. El ecomuseo se formuló en contraposición a los museos tradicionales, espacios cerrados, con colecciones estáticas y tutelados por el Estado. A diferencia de estos, el ecomuseo busca fomentar la identidad y está basado en la participación. La huerta valenciana, asegura Varine, tiene todos los elementos para ser un ecomuseo.

Ecomuseos ¿Mito o realidad?

El ecomuseo es un concepto malentendido porque la palabra eco puede servir para lo ecológico, pero también para lo económico y lo social. El ecomuseo es un proceso colectivo que mueve a las comunidades locales a responsabilizarse de su patrimonio, en sentido extenso, como patrimonio cultural, social, territorial y económico. No es un museo tradicional, no son los monumentos ni los tesoros nacionales protegidos, ni las colecciones que hay dentro de un edificio. El ecomuseo es un patrimonio vivo relacionado con la sociedad, incluido el paisaje pero no exclusivamente el paisaje.

¿Qué ejemplos tenemos en España?

El Maestrazgo de Teruel es un ejemplo paradigmático de ecomuseo. Aglutina a muchos pueblos, como Alcañiz, su patrimonio histórico y natural, sus iglesias, ríos y grutas, y también la gastronomía, todo ello forma un parque cultural que ha contribuido al desarrollo de la zona. El ecomuseo es un patrimonio integral, es un sistema. También hay ecomuseos en Cataluña y en Asturias. Uno de los elementos definitorios del ecomuseo es su relación con el territorio. Son fórmulas para poner en valor el territorio, como recurso económico.

¿Para atraer turismo?

El turismo tiene un riesgo. A menudo las autoridades ponen por encima el turismo. El patrimonio es para la economía y el turismo, piensan. Esto es un grave problema para los ecomuseos. Para las comunidades locales el objetivo no es el turismo sino las necesidades de la propia población. El habitante y el turista deben estar en igualdad. La población no puede sentirse supeditado al turista. Los políticos tienen que entender que deben reforzar la formación de la población a través de una mayor participación y capacitación.

¿Cree que 40 años después de formular la idea de los ecomuseos, la filosofía de la participación ha calado?

Aunque se formuló hace tiempo sigue siendo novedoso. Es cierto que falta cultura de participación ciudadana. Esto lleva tiempo y nos gustan las cosas rápidas. La economía del turismo tiene mucha fuerza. Es importante también formar a los políticos en que el patrimonio es de la población. Uno de los elementos esenciales del ecomuseo es la participación en la toma de decisiones. El ecomuseo es un concepto que está en evolución continua y que no es un fenómeno exclusivamente rural puede ser también urbano y desarrollarse en ciudades. En Milán hay dos ecoparques, como el Ecomuseo Urbano de Torino.

¿Hablamos de autogestión? ¿Los ecomuseos tienen ideología

Más que autogestión es cogestión, es defender el derecho de la población a tomar decisiones, que no sea solo el político el que decida. El ecomuseo implica que la ciudadanía tiene que ser consultada aunque la última palabra la tengan los políticos. Los ecomuseos son una democracia participativa, pero con respeto a las instituciones. Los museos comunitarios son un paso más, son museos que impulsan las propias comunidades.

Cree que el ecomuseo es la clave para salvaguardar la huerta valenciana.

La protección de la huerta, con figuras como la declaración de Patrimonio de la Humanidad, tiene riesgos. En Borgoña hay una región con un clima especial, minifundista, donde se produce un tipo de vino particular. Una vez le preguntaron a un gran especialista en vinos qué le parecía la protección como bien inmaterial ¿Sabe qué respondió? Una mala noticia para los vecinos, porque encarecerá el vino. El patrimonio tiene que estar en relación con la sociedad local o de lo contrario se alejará de la población.

¿Qué se puede hacer para proteger la huerta?

No se puede proteger la huerta sin la protección de sus habitantes que son propietarios y a la vez usuarios. Los turistas son solo usuarios, solo se aprovechan de ese capital, pero no lo conservan. Los propietarios son los que pueden conservar el patrimonio. Tenemos que inventir una solución, podría ser un ecomuseo, para motivar a la población para que participe. Si la población, si los agricultores quieren vender el territorio, se acabó la huerta ¡Esto es la democracia!... La clave es tener una población bien formada, con una identidad reforzada, que estará por defender la huerta porque es su patrimonio. Dentro de los ecomuseos existe la figura del facilitador, los activadores sociales, que se dedican a fomentar la participación y la autoestima.

El Plan de la Huerta valenciano propone reconvertir el patrimonio histórico de la huerta, como las alquerías, en hoteles y tiendas para rentabilizar esta actividad. ¿Qué le parece?

Convertiremos la huerta en un parque temático, será Disneyland La Huerta. Si vemos la huerta como atracción turística y convertimos a los agricultores en asalariados para que trabajen la huerta para atraer al turismo tendremos un parque temático de huerta, será 'Disney Huerta'. La protección del patrimonio siempre costará dinero, no será jamás rentable económicamente, será rentablesocialmente y pueden ser un factor de desarrollo y empleo indirecto.

¿El problema es que falta relevo generacional?

Es imprenscindible formar a la población. El relevo generacional debe pasar por la capacitación profesional. Los agricultores deben devenir en actores, con capacidad para negociar y decidir sobre el patrimonio.

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